El actual contexto de pandemia de Covid-19 y de un estado abrupto e inesperado de un aislamiento obligatorio que semana tras otra, se va adecuando a medidas compatibles con una flexibilización progresiva, sin lugar a dudas permitió que muchas personas recurrieran a esa creatividad oportuna, perspicaz, abocándose al invento de objetos, mecanismos, e ideas originales en torno a esta "nueva realidad".
Y fue en Villa Giardino, una localidad ubicada a unos 50 kilómetros de Villa Carlos Paz, en donde Micael López y Natalia Dyszel, materializaron una idea en la que creyeron óptima, conveniente, y completamente necesaria y adaptada a los tiempos que corren.
"Lo que nosotros patentamos se llama TOC.ar. Iniciamos con el proyecto a mediados de abril, tras armar un primer diseño, que la verdad fue todo muy rápido, porque cuando ya lo teníamos acabado con sólo algunas modificaciones técnicas, enseguida se hizo el archivo para empezar a imprimir", nos cuenta Micael López en diálogo con VíaCarlosPaz, quien junto a Natalia, son los mentores de este inédito invento en Argentina, ambos, oriundos de Buenos Aires y dedicados al contenido publicitario audiovisual.
¿De qué se trata TOC.ar?
Pues bien, Micael lo denomina como "herramienta", porque lejos de ser un accesorio descartable, es un elemento que complementa el andar cotidiano en consonancia con las medidas de bioseguridad, las cuales pasaron a formar parte de nuestros hábitos en este actual y extraordinario contexto.
Se trata de un dispositivo de agarre del tamaño de un teléfono Iphone 5, el cual fue elegido como "medida universal", lo que permite tocar superficies, sostener objetos, e incluso, manipular ciertos espacios, sin hacer contacto directo con las manos. Y está fabricado con un tipo de material que ofrece rigidez, seguridad, y a la vez, la ductilidad suficiente para adaptarse a cualquier tipo de superficie que se quiera manipular.
"Se puede usar como si fuese un llavero y una de las funciones que a mí me gusta mucho, es que está pensado para el transporte público, tanto para sujetarte de las barandas de colectivo, tren, o subte, por eso manejamos el mismo diámetro porque tiene que cumplir esa función", resalta Micael, quien además, asegura que es el primer producto fabricado en nuestro país, corroborado incluso, tras una reciente investigación.
En un principio, Natalia y Micael apuntaron a crear un producto pensado para un contexto pasajero, pero conforme fueron pasando los días, se dieron cuenta que ese elemento ideado como una especie de emergencia esporádica, pasó a ser una herramienta que puede perpetuarse en el uso cotidiano, como un elemento que complemente las acciones diarias, tanto en el trabajo, como para circular en la vía pública, ofreciendo una mayor seguridad higiénica a quien la utilice.
Luego de elaborar las primeras 100 unidades con una impresora 3D, apostaron a una producción mayor, la cual alcanzó los 2 mil productos, y los que, para su sorpresa, lograron venderlos con suma rapidez.
Micael es prudente a la hora de hablar de números, pero sí nos confirmó que la proyección financiera es muy importante y hasta se animó a hablar de "millones en pocos meses".
Hoy, esta pareja que vive junto a sus dos pequeñas hijas en Villa Giardino, ya cuenta con una inversión millonaria por parte de la visionaria empresa Trendy GM Holding, cuyo objetivo próximo y primordial, es fabricar unas 60 mil unidades, con un costo sugerido para la venta de unos 290 pesos. Lo que anticipan como una prometedora ganancia en los próximos meses, la que podría alcanzar los 7,5 millones de pesos.
¿Fue una buena y genial idea? Lo dejamos a criterio de cada lector.
Foto de portada: gentileza Micael López.