Trabajando en producción, muchas acciones que se tomen en forma sistemática orientadas hacia un objetivo claro, normalmente no suelen verse en lo inmediato, pero sí, suelen ser acumulativas en procesos virtuosos. Los ciclos no deben empañar el resultado final. La acción que conlleva la búsqueda de las virtudes apuntadas a la renta, que es el axioma básico de cualquier actividad económica, como la ganadera, tienen a LA SELECCIÓN como la herramienta que lo determina y define.
Claramente la génesis de esta es tener definido hacia dónde se va, transformándola en la ruta con el destino marcado. Qué índice, que rasgó a mejorar o mantener, de eso se trata, y para que se sostenga, todos deberían ser los que apunten a la RENTA.
No me refiero a LA SELECCIÓN como recurso de “costos”, estoy refiriéndome a los trabajos silenciosos, a los que no se ven pero que terminan sintiéndose.
La selección es una de esas herramientas, y aunque constituye un universo de factores, todos, si están en un mismo sentido, persiguen una misma búsqueda, logrará el efecto acumulativo que tiene la genética para consolidar vía solidez de líneas desarrolladas para esos objetivos.
El primer paso básico en un esquema ganadero de cría, es sacar las vacas vacías. Cuando no hay un factor de manejo humano que haya fallado o bien un clima intenso, las vacas que no se preñan deben irse.
En algún análisis posterior a una deficiencia climática que podría haber afectado la preñez, o el mal funcionamiento de los toros, y uno crea que debe ser más “blando” que lo normal, es importante el dato global. En un rodeo que el porcentaje de preñez es como mínimo, bueno, en condiciones de seca, inundación u otros, (80%?), los animales que no se haya preñado demuestran su falta de adaptación y deben irse, porque la adaptación es sin duda un factor determinante para que los animales en ese ambiente produzcan.
De haber posibilidades de tener identificadas las pariciones, uno deberá saber si alguna vaca no tuvo el tiempo necesario (puerperio) para volver a estar en celo luego del parto, y esto pasa cuando algunas pariciones se han retrasado, pero serian casos puntuales y que nos desvían de nuestro foco.
Esta es otra acción de selección, sacar las vacas cola y apuntar a la cabeza de parición, no solo por las mayores posibilidades de preñarse que tiene una vaca que pare temprano, sino, y también, por una incidencia directa en la renta, el peso promedio de los terneros a la hora de destetar, tanto para venta como para recría y en el caso que se busque hacer servicio de 15 meses, más aún ya que esas terneras llegan con mucho menos aceleración a la pubertad.
Los terneros nacidos a fines de invierno y principios de primavera alcanzan un mayor crecimiento hasta los seis meses de vida que aquellos nacidos a fines de primavera y principios de verano.
En un par de servicios, con un trabajo riguroso de selección en un campo de cría en la cuenca del salado, podemos pasar a tener del 26% de preñeces chicas a solo el 5%, y también es importante y un dato no menor, que las grandes deberían pasar del 49% al 64%, sin duda no solo con una única herramienta usada, sino que también influyeron varias acciones en conjunto entre ellas la disminución del uso de potreros con festucosis, mejores toros, etc. Pero los pesos al destete van a devolver con creces los esfuerzos.