. Por un lado la expectativa de una devaluación del dólar oficial, lo que habitualmente genera una pérdida en el valor y los precios reales de la hacienda, con el agregado de un fuerte aumento esperado de costos de producción (suplementos, combustibles, insumos, arrendamientos). O sea que en el corto plazo la expectativa tiende a ser mala. A su vez, si estas correcciones de la macroeconomía funcionan, tenderá a recuperarse a mediano plazo la capacidad de compra del consumidor argentino, pero además si hay un único tipo de cambio y un cierre de la brecha cambiaria, se pondrá más competitiva la exportación de carnes. O sea que a mediano plazo las expectativas mejoran. Esto se da en un marco donde durante el 2023 ha caído levemente el stock vacuno (en parte por la sequía) y además cayó la oferta de novillos y vacas al mercado, aumentando la oferta de animales más livianos (vaquillonas y novillitos). O sea, menos oferta actual y menos oferta esperada a partir de febrero. Y esto tanto en animales gordos como en terneros de invernada. Entonces es de esperar que ante una oferta algo menor y una demanda algo mayor los precios tengan una fuerte recomposición en términos reales. ¿Esto es pronóstico? De ninguna manera, es sólo una tendencia esperada. Hacer pronósticos en este escenario es fácil, lo difícil es que se cumplan. El precio del novillo actual está en el orden de los 1000 $/kilo y sostenido, mientras que el precio del ternero se mueve entre los 1200 y 1400 $/kilo, en una época donde no abunda la oferta de invernada. Obviamente con esa relación de compra/venta arriba de 1,30 y un maíz que copiará la devaluación, el negocio del feedlot es más que vidrioso hoy en día. Los corrales todavía están bastante llenos y empiezan a vaciarse en diciembre/enero. Ahí empieza otro partido. La cría presenta precio de vientres preñados que van de los $300.000 a los $550.000, con una demanda moderada por parte de los compradores. Si se da el escenario descrito, en el 2024 deberíamos ver que el valor de los vientres se mantenga competitivo. Para un negocio biológico lento como es la ganadería, las distorsiones y cambios abruptos de variables no suelen ser buena noticia. Pero en este caso, si esos cambios llevan la economía a un sendero de mayor normalidad, estas noticias pueden ser alentadoras.
LECHERO
En octubre el precio de la leche Siglea fue de 130,17 $/litro (1834,52 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento del 10% respecto al mes anterior y un 123% respecto a un año atrás. Primer mes luego de varios donde el aumento intermensual se arrima al índice de inflación. Pero mirando los doce últimos meses, todavía la corre de atrás. Según el índice OCLA, el precio se encuentra un 13% abajo del costo por litro. Para noviembre se estima un valor de la leche de 140 a 145 $/litro, en línea con la inflación esperada o algo por debajo. Si es así, la foto seguirá igual de borrosa. En nuestro informe de octubre describimos el pésimo momento de la lechería, y eso no ha cambiado. Se considera inevitable que el nuevo gobierno se verá obligado a hacer una corrección importante del tipo de cambio, y esto va a pegar fuerte y negativamente en la estructura de costos de los tambos, en particular los de alimentación y los de arrendamiento. Y, como suele ocurrir, el precio en pesos que recibe el productor va a tardar en recomponerse en términos reales. Noche negra por ahora. Los modelos intentan adaptarse a este escenario, con muchos empresarios que están en el negocio lechero hace años y que saben que la leche, un producto noble y necesario, sigue siendo importante en la dieta de las personas. Y que la demanda se va a sostener o aumentar en el mediano plazo. En Argentina las variables y relaciones de precios están tan rotas que es imposible cubrirse en un negocio que no puede parar ni un día. Tambo que para, tambo que cierra. Y algo de esto está ocurriendo en forma silenciosa porque en lo que va del año la producción global ha caído cerca de un 1,2%. Y las exportaciones caen cerca de un 20%, sostenida en gran parte por las compras de Brasil. El precio de la leche en polvo entera en el mercado internacional está en unos 3000 u$s/tonelada, y con un mercado de futuros que indica cerca de 3400 u$s/ton para abril/mayo. Parte de la recuperación vendrá por el comercio exterior. Todo esto ocurre en un momento donde la falta de lluvias se ha mantenido en algunas zonas, impactando en el desarrollo de la base forrajera tanto de pastoreo directo como para generación de reservas. Y mientras el gremio Atilra complica la producción en Sancor, al punto que se evalúa cerrar una de las fábricas procesadoras de leche. Durmiendo con el enemigo parece el nombre de esa película. Pronóstico reservado para la actividad por ahora.