El Hospital de Niños Juan P. Garrahan registró en los últimos años un rápido aumento de los casos de lactantes con síntomas neurológicos graves, tales como convulsiones, apneas centrales, movimientos involuntarios a modo de sacudidas, alteraciones de la deglución, pérdida de pautas madurativas, de la fijación de la mirada y de la conexión con el medio, así como atrofia cerebral grave.
Los médicos identificaron una seria deficiencia de vitamina B12 como el origen de estas manifestaciones, debidas al tipo de alimentación de las madres: todas ellas eran veganas o vegetarianas.
La preocupante tendencia llevó al doctor Juan Augusto Aguirre (M.N. 133.704) y a sus colegas a realizar un trabajo -publicado en la revista Archivos Argentinos de Pediatría- en el que documentaron los casos ocurridos entre 2016 y 2018.
“Nuestro propósito es alertar a los obstetras y a los pediatras sobre la necesidad de suplir a las madres veganas desde antes de la concepción y destacar la importancia de considerar el déficit de B12 como diagnóstico diferencial en los niños pequeños con enfermedad neurológica”, explicó Aguirre, quien detalló que esta deficiencia pasó inadvertida hasta el momento en que los niños sufrieron las complicaciones en torno a los 8 meses de vida, pese a que todas las mujeres habían tenido seguimiento obstétrico.
“Fueron casos graves; si bien luego del tratamiento lograron revertir el cuadro, ahora se está estudiando si el déficit de este nutriente en un momento tan crucial del desarrollo humano -como es el primer año de vida- puede producir consecuencias a futuro” dijo en su estudio el Dr Juan Augusto Aguirre.
La B12 se encuentra en productos animales, no en los de origen vegetal, salvo que estén enriquecidos. Al momento de comparar los distintos alimentos fuente de vitamina B12 y la velocidad y cantidad con la que dicho nutriente es absorbido y se hace disponible en el organismo, Aguirre apuntó: “Nosotros vimos que la carne vacuna es el alimento en el que más vamos a encontrar vitamina B12. Lo que les decimos a las mamás es que esta vitamina no hay forma de obtenerla si no es a través del consumo. De no ser así, se requiere un seguimiento y control firmes con el obstetra, el pediatra y un nutricionista. Y en caso de que fuera necesario, habrá que suplementar”.