Aunque no sea propiamente el ejercicio de la genética, el juzgamiento puede tener efecto sobre el mejoramiento de la raza, pues expresan el objetivo principal de destacar el fenotipo ideal, mantenido o buscado por los criadores.
La principal finalidad es exaltar, ante el público, la combinación de características visibles más próximas del ideal, de forma a dar a los criadores una idea más clara del animal perfecto, para guiarlos en sus propias selecciones.
De otro lado, mostrando los mejores animales de la raza, estos acaban sirviendo de guías en la compra y venta de reproductores.
A pesar de las imperfecciones hasta ahora no fue idealizado ningún buen sustituto para las exposiciones ganaderas, como medio de indicar cuáles son los mejores tipos de individuos en las razas.
Una de las formas más diseminadas de apurar la selección se da en las pistas de juzgamiento de las exposiciones, cuando al biotipo de los animales premiados pasa a hacerse referencial del animal ideal.
Existen dos razones para selección de la conformación exterior: atender la demanda de valorización por el mercado de un determinado tipo de animal y obtener, por lo menos en parte, respuesta indirecta para productividad. Así, la exposición de animales, a pesar de cierto interés “deportivo”, debe tender menos a hacerse un concurso entre expositores y más un lugar de discusión cuanto al animal que sería más útil para el mejoramiento subsecuente de la raza.
Se viene un Palermo post pandemia y se van calentando los motores como lo mostraron el centenario de la Angus y el mundial de la Braford, así como estamos en las puertas de Otoño de la Hereford, Limangus Y Shorthorn que son buenos termómetros fieles de los movimientos de muchos criadores que arriman sus productos para ser clasificados en las pistas.
Ni hablar de los remates particulares que ya están en ebullición y que vienen con toda la fuerza retenida durante la pandemia, donde la actividad continuó a un buen ritmo pero sin concentraciones de reproductores expuestos.