A nuestro juicio, mucho de lo que se discute está basado en prejuicios e ignorancia y no en información. Como si tener una ley les permitiera a algunos legisladores sentir que son defensores del ambiente. Y como si una ley pudiera poner fin a los incendios en las islas. Lo mismo se decía de la ley de alquiler de propiedades respecto a proteger “a los más débiles” y se logró lo contrario.
Algunos planteos sobre lo que es un humedal, si fueran apoyados por la ley, sacarían de producción una enorme cantidad de hectáreas productivas y generadoras de riqueza económica y social. Ponemos abajo a disposición un link de acceso al documento generado por la Fundación Barbechando, que refleja bien lo que pensamos, y del cual queremos resaltar los siguientes párrafos:
La conservación de los humedales debe considerar un balance entre el cuidado del medio ambiente, el desarrollo social de las comunidades que los habitan y su desenvolvimiento económico.
Al buscar generar una solución sobre la protección de un ecosistema en particular, debemos tener cuidado de no generar un problema social a las comunidades que allí habitan y desarrollan su actividad económica.
Consideramos que el enfoque de legislar por ecosistemas (humedales, glaciares, bosque nativo, pastizales, etc.) no es el más efectivo si buscamos el fin de proteger el mismo y un efectivo cumplimiento de la ley. Los ecosistemas no conocen límites políticos ni legales y, al fragmentar su tutela en diferentes legislaciones, se genera una sobreabundancia de legislación que complejiza su protección.
Entendemos que la sobreabundancia legislativa no va a generar mayor protección del recurso y del ecosistema. Mientras generamos el debate sobre la mejor forma de protección de nuestros humedales, deberíamos tener en claro que hoy en día están protegidos por al menos cuatro legislaciones vigentes.
Tenemos el temor, fundado en muchos actos previos de los legisladores, que esto sea un nuevo avance sobre los derechos a la propiedad privada y a la libertad de producción. El agro debe hacer escuchar su voz.