Hoy su consumo sobrepasa los 50 kilos por habitante al año o sea por encima de la carne vacuna en el podio de los alimentos más consumidos por los argentinos. Se vienen registrando aumentos sostenidos entre pocos años de más del 18% transformándose en alimento base de la dieta en acompañamiento del grupo de carnes que en su conjunto ostentan el podio dentro de la composición de la dieta argentina.
Durante el 2020, año signado por el inicio de la pandemia de coronavirus, se produjeron en el país 2.844.000 toneladas de papa. De ese total, 1.909.000 llegaron al mercado como producto fresco, mientras que 663.500 toneladas se procesaron como bastón prefrito congelado, 181.500 toneladas como chips y a 90.000 toneladas se le dio otro uso.
Si se toma en cuenta el consumo de cada uno, en 2020 se consumieron 40,8 kilos por habitante al año de papa sin procesar, mientras que las que sí tuvieron un tratamiento, el consumo fue de 11,4 kilos por habitante.
Si bien en los años 70 y principios de los 80 se llegó a los 70 kilos por persona, también por una cuestión de que era un producto barato, empezó a caer por diferentes causas, como sustitutos y modas y lentamente llegó a los 40 kilos en 2014. Después empezó a aumentar hasta los 52 kilos en detrimento de la carne. El consumo ahora está siguiendo el mismo patrón del año pasado, con un consumo impresionante, por lo cual es factible que vaya a terminar el 2021 con un guarismo mayor aun.
Producción nacional
Si bien la producción de papas a nivel nacional está focalizada en ciertas áreas, éstas se encuentran dispersas a lo largo y ancho del territorio nacional y tiene la particularidad de poder abastecer al mercado en casi todo el año, ya que cuando el proceso productivo culmina en un sector comienza en otro y así sucesivamente. Durante el año pasado, la superficie total implantada en todo el país alcanzó las 79.900 hectáreas y se obtuvo un rendimiento promedio de 36 toneladas por hectárea.
El grueso de la producción se concentra en Buenos Aires, más puntualmente en el sudeste de la provincia, con una producción de 1.565.000 toneladas, de las cuales 800.000 toneladas fueron destinadas al mercado como producto fresco, mientras que 765.000 toneladas fueron industrializadas.
En segundo lugar se ubicó la ciudad cordobesa de Villa Dolores y la provincia de San Luis, con 481.000 toneladas, seguida por la zona de Córdoba Capital, con 340.000 toneladas, Tucumán, con 221.000, Mendoza, con 153.000, Jujuy y Salta, con 49.000 y Rosario, con una producción cercana a las 35.000 toneladas.
Este cultivo se realiza en a través tubérculos (forma de reproducción asexual) a los que se los llama papa semilla. Puede ser que estos sean chicos y enteros o, lo más común, trozos de una papa más grande. Para su plantación cada trozo deberá tener un par de “ojos” (o al menos uno) para asegurar su brotación.
Además de la utilización de papa semilla para obtener buena calidad y cantidad de producción, el cultivo requiere una fuerte inversión en fertilización y en riego, que de acuerdo a la zona productiva será por aspersión, surco o goteo. El manejo del suministro de agua es clave para el desarrollo del tubérculo, debiéndose evitar tanto el exceso como la falta de agua.
La papa es el tercer producto alimenticio más consumido en el mundo (luego del arroz y el trigo). En la Argentina, los primeros registros de producción ubican que a inicios del siglo XX se contaba con cultivos en las cercanías de Buenos Aires.