Los robos piraña vienen creciendo en los últimos años y ahora se instalaron en las grandes metrópolis del país como puede ser en la Ciudad de Buenos Aires o el Conurbano, como también en ciudades como Córdoba o Rosario. En ese sentido, los ciudadanos deben vivir con más precauciones sobre esta nueva modalidad que se vienen haciendo popular.
De acuerdo a un informe de la ONG Defendamos Buenos Aires, en lo que va de 2023, se registraron más de 1.900 robos de este tipo entre Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El estudio toma las causas penales que investiga la justicia Nacional de Instrucción en lo Criminal, con jurisdicción en toda la Ciudad de Buenos Aires más los juzgados penales de Lomas de Zamora, Morón, Quilmes, San Martín, San Isidro, Florencio Varela, San Isidro, La Plata y La Matanza.
Hay dos tipos de robos pirañas que suelen registrarse, uno que ocurre en la vía pública y otro que se da en los colectivos, ambos buscan el mismo objetivo: robarle a la persona sus pertenencias en el menor tiempo posible y sin que pueda moverse.
Los más peligrosos son los robos en la calle, ya que los grupos de delincuentes, que suelen ser de 3 personas o más, golpean a la víctima para intentar sacarle sus objetos personales.
Cada episodio no dura más de diez segundos y es absolutamente confuso para las víctimas de esta modalidad delictiva, que se transformó en la vedette de los últimos meses.
“Las ‘pirañas en bondi’; son bandas de entre seis y diez muchachos jóvenes que abordan el colectivo, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el Conurbano, en una hora que viajan varias personas pero sin llegar a la hora pico”, explica Javier Miglino, abogado que investiga este tipo de casos.
“El momento más peligroso en ambas jurisdicciones es entre las 10 y las 16 horas. Suben varios, sacan el boleto y se acomodan en el colectivo, sentándose incluso como si se tratase de pasajeros normales y habituales. Fingen no conocerse y por eso no intercambian palabra pero sí miradas. Uno o varios teléfonos celulares a la vista, ya son motivo suficiente para el ataque. Al momento de robar, uno de ellos se acerca a la puerta y toca el timbre. Cuando el colectivo abrió la puerta para bajar, el ladrón finge bajar lentamente y a partir de ahí se desata el pandemónium porque vuelan las manos, desaparecen los celulares y los ladrones corren hacia la puerta que está abierta”, explica.
“Los estudiantes que salen o llegan a la Facultad de Derecho en la zona de Recoleta, saben de las pirañas pero obviamente no todos están alertas. Como resultado, no son pocos los casos de robos a bordo de las lineas 92 y 67. Incluso subir en la vereda de enfrente, a la altura de Patio Bullrich en avenida Santa Fe en las paradas del shopping Alto Palermo, puede ser el camino a ser robadas, porque las pirañas atacan en esos lugares”, agregó.
En ese sentido, los colectivos como en la calle se ha vuelto una práctica cada vez más recurrente por parte de los grupos delictivos que buscan robar pertenencias como celulares o billeteras, ya que un peatón o alguien que va a trabajar no tiene más que eso en su poder.