Son 22 los oficiales de la policía bonaerense que, entre noviembre de 2018 febrero de 2019 fueron a trabajar bajo el efecto de alguna droga prohibida. De entre 723 casos analizados, 12 dieron positivo para cocaína, ocho habían consumido marihuana y dos, psicofármacos.
Los números surgen de los resultados de exámenes sorpresa les realizó a los agentes la Auditoría General de Asuntos Internos de la fuerza. En 2017 la gobernadora de Buenos Aires y su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo habían anunciado que se realizarían estos controles.
Cuando a un policía se le detecta una sustancia prohibida en sangre se le abre una carpeta médica, se los pasa a licencia y deben hacer rehabilitació. Además, se les quita el arma reglamentaria. Si los efectivos son parte de equipos de lucha contra el narcotráfico, son derivados a otras áreas.
Estas primeras pruebas se hicieron en dependencias que tenían algunas denuncias al respecto. "El hecho de encontrar estos resultados positivos no me llama la atención", dijo a La Nación el auditor general de Asuntos Internos Guillermo Berra. Sin embargo, "este resultado no se puede extrapolar a toda la policía, ya que quizá vamos a otras dependencias y nos da cero", detalló.
Los policías elegidos para las pruebas son seleccionados al azar y se les realiza en base a una muestra de saliva. En caso de dar positivo, se realiza un nuevo examen de orina. Los policías que dan positivo no son separados de la fuerza salvo que se compruebe que tienen participación en el narcotráfico.