Un hombre de 51 años murió luego de recibir un escopetazo por la espalda en su casa de Berazategui. Quien disparó fue su hijo de 11 años, el niño tiene un retraso madurativo y, al encontrar el arma debajo de la cama, la tomó y la disparó, con tanta mala suerte que impactó a su papá que estaba en la cocina.
Tras recibir un llamado al 911, la policía llegó a una casa ubicada en la calle 12 entre 132 y 133, en el barrio 12 de octubre. Allí encontró a Alcides Lavandeira, un trabajador municipal, herido de bala. Antes de morir el hombre llegó a decir: "Fue un accidente".
"Maté a papá", repetía conmocionado el niño, que jamás entendió el riesgo que significaba manipular un arma.
El hombre fue trasladado al Hospital Evita Pueblo, pero ingresó muy grave y falleció horas más tarde.
En el momento en el que ocurrió la tragedia, en la casa también se encontraba la hermana mayor del nene. La joven, de 19 años, se estaba bañando cuando escuchó la explosión del disparo, al salir de la ducha encontró a su papá tirado en el piso de la cocina con una herida. Allí el hombre le contó lo sucedido. Esto fue lo que declaró horas después ante los efectivos policiales de la comisaría 1° de Berazategui.
El cuerpo de Lavandeira fue trasladado a la morgue judicial donde se le realizó una autopsia, pero los resultados todavía no trascendieron. En el operativo se secuestró la escopeta, una Brenta calibre 28 y una vaina servida también calibre 28 marca Orbea. El fiscal Weinstein ordenó realizar una serie de pericias y contó que el niño permanecerá en su casa junto a su familia hasta que se resuelva la causa.