La inmigración latinoamericana se hace sentir, cada vez con más fuerza, en rincones del mundo. Grandes ciudades de Estados Unidos, Europa y Asia, tienen al menos un barrio latino: en Londres se encuentra el famoso Elephant and Castle, en París, el Quartier Latin. Si bien, Buenos Aires todavía no lo tiene, desde hace muchos años comenzaron a instalarse lugares de encuentro donde se puede vivir su cultura y esencia: se trata de las "salsotecas", que suelen aparecen en todos los lugares donde haya comunidades colombianas, peruanas y venezolanas.
Según publica en su artículo, el periodista Nahuel Gallotta: "Las salsotecas latinas nacieron en Nueva York, a comienzos de la década del '70, cuando los portorriqueños, cubanos, dominicanos y otros inmigrantes de América Latina popularizaron el género en la ciudad". Y agrega que con los años se expandieron a otras ciudades de ese país. En la actualidad no son exclusivas para los amantes de la salsa, sino que también incluye otros ritmos como bachata, reggaetón o merengue.
En Buenos Aires, las primeras "salsotecas" aparecieron hace 10 años y hoy ya hay más de 15 opciones distintas. "Caracas bar (Guatemala 4802) abrió en 2009, cuando el panorama era antagónico: las comunidades de venezolanos y colombianos aún no estaban fuertes en la ciudad. Su primera clientela fue de argentinos. Algunos habían vivido en Venezuela y elegían el lugar para recordar viejos tiempos", describe el periodista.
Sin embargo, la situación actual cambió: hoy las comunidades latinas son cada vez más grandes y encuentran en estos lugares, espacios de encuentro y conexión con su tierra natal. "Estar lejos de casa es algo que no se sana nunca. Las salsotecas son el lugar donde uno se cura esa herida por un rato. Es sentir que seguimos en casa", cuenta a Clarín, Félix Ovalles, gerente de ese bar.
La dinámica es siempre la misma: se abre temprano, se sirven platos típicos, algunas incluyen shows en vivo y en medio de la selección musical suelen filtrarse canciones de cumbia. Es que también hay un público argentino que elige a estos bares con el objetivo de hacer un plan distinto. "Se trata de un público más bien joven. Por la música, por curiosidad, para degustar las comidas típicas o para salir de lo tradicional", concluye el periodista.
