Una mujer llamó al 911 esta madrugada luego de encontrar a su pareja, Mariel Rodríguez, de 40 años, muerta en su casa del barrio porteño de Villa Luro. Todo apuntaba a un homicidio en ocasión de robo pero, horas después, ella misma le confesó el crimen a su jefe y quedó detenida.
"A vos no te puedo mentir, maté a Mariel", le dijo la autora del hecho al dueño de la remisería donde trabaja. Y, más allá de que su confesión no tiene valor judicial, alcanzó para dar un vuelco en la investigación y convertirla en la principal y única sospechosa del hecho.
Así, Sabrina Pereyra, de 30 años, fue detenida por la policía y puesta a disposición del Juzgado Nacional Criminal y Correccional N° 9 a cargo de Martín Peluso.
El cuerpo de la víctima fue encontrado envuelto en una sábana, había sufrido un fuerte golpe en la cabeza. Según contaron los testigos, las mujeres convivían hace varios años en una casa ubicada al 200 de Leopardi y, pese a que eran pareja, se presentaban como "amigas".
Sospechan que podría haber sido asesinada con un fierro pero aún continúan buscando el arma homicida.