Las hijas del empresario español tienen miedo de ser las próximas víctimas de Corona

Las hijas del empresario relataron como entregaron al asesino. Ahora, tienen miedo que quede en libertad y las lastime. 

Las hijas del empresario español tienen miedo de ser las próximas víctimas de Corona
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Giselle (32) y Natalia (34) son las hijas del empresario español que fue asesinado por su yerno, esposo de la mayor de ellas.. "Tenemos miedo de que vengan por nosotras", le dijeron a Clarín.

"Hace 13 años que estaba con Santiago. El que hizo esto no es quien yo conocí. Es impensado, todavía no lo puedo creer. Tengo miedo de lo que nos puedan llegar a hacer, porque se ve que tenía una vida ajena a nosotras, desconocida", reconoce Natalia Fernández, la hija del empresario Roberto Fernández Montes (67) y esposa de Santiago Corona (34), principal acusado por un caso que tiene dos detenidos y un prófugo.

Giselle, la otra hija, vivía con su padre en el departamento de Aranguren 36 donde el sábado lo mataron .Fue ella quien, ante la desparición del empresario, pidió las imágenes de las cámaras de seguridad al encargado y reconoció a su cuñado Santiago cargando el cuerpo.

"El sábado a la noche empecé a ver cosas extrañas en la casa: no estaban los trapos, todo estaba fuera de lugar, había manchitas de sangre en el colchón, en un rollo de cocina, había cosas tiradas y desacomodadas. Esa noche no dormí", cuenta Giselle. Durante las primeras horas del domingo le preguntó al encargado si sabía algo de su padre y le pidió ver las cámaras. "Lo primero que me dijo es que había visto a Santiago, desde hacía tres días, mirando los movimientos del edificio y dando vueltas por la cuadra. Al mediodía me trajeron los videos. Apenas vimos que sacaban el cuerpo por el ascensor no lo podíamos creer, entré en crisis", recuerda.

Natalia dice que no recuerda si reconoció a su marido en las filmaciones. Sí que le pareció familiar el rostro del cómplice y que ató los primeros cabos sueltos.  Las hermanas decidieron engañar a Corona y llevarlo con una excusa hasta la comisaría.

Cuando Corona entró a la comisaría, los policías ya habían visto las imágenes y lo detuvieron. Las hermanas se abrazaron, llorando.