Un oficial de la Policía bonaerense fue asesinado a balazos al tirotearse con al menos dos delincuentes que lo asaltaron cuando llegaba a su casa de la localidad de Villa Madero, partido de La Matanza, informaron fuentes judiciales y de la fuerza.
Se trata del oficial subinspector Matías Miguel De Marco (34), quien era el jefe del Grupo Técnico Operativo (GTO) de la comisaría de Gregorio de Laferrere, en dicho partido del suroeste del conurbano y se convirtió en el sexto miembro de esa fuerza de seguridad del año que murió en un enfrentamiento armado ocurrido en el Área Metropolitana.
Fuentes judiciales y policiales informaron a Télam que el crimen de De Marco ocurrió anoche, frente a una vivienda situada en las calles Convención y Constituyentes, de Villa Madero, donde residía la víctima.
De acuerdo a los voceros, todo comenzó alrededor de las 23, cuando el oficial subinspector se encontraba de servicio pero regresó a su domicilio por "cuestiones familiares" a bordo de su camioneta Volkswagen Amarok.
Según las fuentes, De Marco, que estaba vestido de civil, descendió de la camioneta, en la que aparentemente iba solo, y en esas circunstancias fue abordado por dos delincuentes armados y con fines de robo que descendieron de un vehículo.
Ante esta situación, la víctima se identificó como policía e impartió la voz de "alto" pero los asaltantes comenzaron a dispararle.
El oficial inspector repelió la agresión con su pistola reglamentaria, por lo que se originó un tiroteo que terminó cuando la víctima cayó malherida de dos balazos, dijeron los informantes.
Las fuentes policiales detallaron que De Marco fue trasladado de urgencia hasta la Clínica Modelo Los Cedros de San Justo donde murió cuando era intervenido quirúrgicamente.
Mientras que en la escena del crimen, personal de la comisaría Villa Madero, alertado del tiroteo tras un llamado al 911, detuvo a un sospechoso herido de dos tiros en el hombro izquierdo, que fue llevado al Hospital Alberto Balestrini de Ciudad Evita, donde esta tarde permanecía internado fuera de peligro y con custodia policial.
El detenido quedó imputado como uno de los delincuentes que se tiroteó con De Marco y se cree resultó herido en el enfrentamiento, en tanto que su cómplice escapó en el mismo vehículo en el que habían llegado y no se descarta que haya habido un tercer delincuente.
Por su parte, los peritos de la Policía Científica secuestraron en la escena del crimen la pistola Bersa Thunder 9 milímetros del policía asesinado, una Glock utilizada por los delincuentes y 23 vainas servidas, detallaron los voceros.
A su su vez, los pesquisas analizaban las imágenes de distintas cámaras de seguridad que funcionaban en la escena del crimen y sus alrededores en busca de pistas sobre el o los delincuentes prófugos, al tiempo que hallaron incendiado en la villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño un Toyota Corolla gris que se cree fue el utilizado por los asaltantes.
El hecho es investigado por el fiscal José Luis Maroto, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, quien por un lado esperaba entrevistarse en las próximas horas con los familiares de la víctima ya que anoche no lo había podido hacer debido al estado de shock en el que se encontraban.
Además, el instructor judicial tiene previsto indagar mañana al sospechoso detenido.
El primero de los otros cinco policías bonaerenses asesinado en lo que va del año fue el subcomisario Carlos Rupchienski (42), quien el 12 de enero murió al tirotearse con delincuentes cuando se resistió al robo del auto en el que circulaba con una compañera de la fuerza, quien resultó ilesa, en el partido de Florencio Varela.
Trece días después, el oficial Nelson Javier Lillo (27) fue asesinado de un balazo cuando quiso evitar el robo de un camión cometido por dos ?motochorros?, uno de los cuales también murió tras un tiroteo, en la localidad bonaerense de San Pedro.
El 13 de febrero, el sargento Diego Orlando Auce (38), del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de Zárate-Campana, resultó baleado en un tiroteo en una casa de esa zona del norte de la provincia de Buenos Aires donde un padre amenazaba con armas a su hijo y murió en el enfrentamiento.
Tras resultar malherido, el sargento Auce fue trasladado a una clínica porteña donde falleció al día siguiente.
Mientras que el 6 de marzo, el oficial Mauro Alegre (25) fue asesinado de un balazo por la espalda cuando se movilizaba en una moto junto a un compañero de la fuerza y se enfrentaron con unos jóvenes de una presunta banda narco en cercanías de una villa del partido de Florencio Varela,
Por último, el 2 de abril, el efectivo de la Policía Local Simón Alejandro Pinto (27) murió tras recibir un balazo y su tío resultó herido tras evitar un robo en su casa del partido de Presidente Perón, donde el fallecido prestaba servicios.