Gastón Caminata, ambientalista que vive en Pinamar, es el protagonista de esta insólita historia sucedida en la ciudad de la Costa Atlántica.
El 6 de julio pasado, Caminata limpió la playa como todos los días pero decidió manifestarse en repudio al poco mantenimiento de los balnearios locales: tiró toda la basura frente al municipio.
Sin embargo, la iniciativa le costó caro al también director de la ONG Big Human Wave: mientras que primero fue difamado en las redes sociales, luego le notificaron una multa de más de 10 mil pesos por "arrojar residuos a la vía pública". El acta lleva la firma del intendente Martín Yeza.
Esos eran los mismos residuos que estaban tirados en la arena y que, casi irremediablemente, iban camino a contaminar el mar.
Como si fuese poco, a Caminata le enviaron una inspección a Jalisco, el restaurante de comida mexicana que abrió hace más de dos décadas en Bunge y Libertador. Y lo amenazaron con cerrarle el local.