"No se puede retroceder en el tiempo, pero al menos impidamos nuevas muertes", dijo el abogado de Ferrarello

Eduardo Lapenta, el defensor del conductor que embistió al auto en el que fallecieron Micaela Acosta y Guillermina Vitale, difundió un comunicado luego de acompañar a su defendido a los Tribunales de Azul.

"No se puede retroceder en el tiempo, pero al menos impidamos nuevas muertes", dijo el abogado de Ferrarello

En medio de una protesta de familiares y amigos de Micaela Acosta y Guillermina Vitale, Santiago Ferrarello se presentó a una audiencia en los Tribunales de Azul por el accidente en la Ruta 226 en la que fallecieron las dos mujeres, además de la abuela del joven que conducía el vehículo.

Luego de la audiencia, el abogado Eduardo Lapenta difundió un comunicado para sentar postura sobre la causa: "Como abogado defensor de Santiago Ferrarello considero necesario explicar algunos aspectos del caso en forma pública".

"En la Investigación Penal Preparatoria que se le sigue por el delito de homicidio culposo agravado, con motivo del accidente automotor ocurrido el 24 de febrero de 2019 en la Ruta Nacional n° 226, km 217, en el que lamentablemente fallecieran cuatro personas, dos en cada uno de los automotores, episodio dolorosísimo para cada uno de los conductores por sus vínculos familiares o de pareja, para sus familias, en especial de las víctimas más jóvenes, y también para la sociedad toda, porque en una ciudad como Azul todos nos conocemos y apreciamos. Incluso en mi caso, con vínculos de amistad hacia familiares de víctimas que circulaban en automotores".

"El dolor causado por las pérdidas no debe impedir la búsqueda de la justicia, y en esa dolorosa situación es el abogado quien debe evitar el desborde de las emociones, y contribuir al descubrimiento de la verdad", dice otro fragmento del texto.

EL COMUNICADO COMPLETO Como abogado defensor de Santiago Ferrarello considero necesario explicar algunos aspectos del caso en forma pública. En la Investigación Penal Preparatoria que se le sigue por el delito de homicidio culposo agravado, con motivo del accidente automotor ocurrido el 24 de febrero de 2019 en la Ruta Nacional n° 226, km 217, en el que lamentablemente fallecieran cuatro personas, dos en cada uno de los automotores, episodio dolorosísimo para cada uno de los conductores por sus vínculos familiares o de pareja, para sus familias, en especial de las víctimas más jóvenes, y también para la sociedad toda, porque en una ciudad como Azul todos nos conocemos y apreciamos. Incluso en mi caso, con vínculos de amistad hacia familiares de víctimas que circulaban en automotores. Pero el dolor causado por las pérdidas no debe impedir la búsqueda de la justicia, y en esa dolorosa situación es el abogado quien debe evitar el desborde de las emociones, y contribuir al descubrimiento de la verdad. Es decir, encauzar y contener en la dirección correcta sus sentimientos y esfuerzos. No es desconocido que familiares de alguna de las víctimas han iniciado una campaña en redes sociales contra Santiago Ferrarelo, afirmando que es un «asesino», e incluso hicieron una manifestación frente a tribuna les con carteles de esa índole. Antes de tomar el caso, en la búsqueda de antecedentes para comprenderlo, tuve oportunidad de leer la excelente nota de Nacho Correa publicada en el Diario el Tiempo el día 28 de marzo de 2019 (https://www.diarioeltiempo.com.ar/locales-incidentes-de-trnsito-en-la-ru-ta-226-en-tres-kil-metros-sucesivosmurieron-ocho-personas-6D6E17EEE4) «Incidentes de tránsito en la Ruta 226: en tres kilómetros sucesivos murieron ocho personas», e incentivado por ella me pregunté ¿existe algún motivo común para tantos accidentes? La prevención policial del hecho fue muy deficiente, por lo que con un colega efectuamos mediciones en la ruta, y obtuvimos un dato relevante: la linea amarilla simple y la ubicación del cartel de no sobrepaso están a 156 metros de visibilidad, mientras la reglamentación de la Ley de Tránsito, y el Manual de la Dirección Nacional de Vialidad (http://www.aacarreteras.org.ar/pdf/mshebook.pdf) establece que debe tener una dimensión de 360 metros, para asegurar la visibilidad en la curvas verticales (lomadas). La linea existente corresponde a una ruta con velocidad máxima de 50 km/h, y trasforma el sobrepaso en una trampa mortal cuando ambos vehículos llegan al unísono, porque no tienen tiempo material de maniobrar, para sobrepasar o regresar al carril. Mayores explicaciones y un comparativo con estudios académicos al respecto, estamos presentado ante la Fiscalía. Como vemos, es una grave falencia en la señalización horizontal y vertical que, mientras nos desgarramos atribuyéndonos culpa, puede seguir cobrando vidas humanas en nuevos accidentes. No se puede retroceder en el tiempo, pero al menos impidamos nuevas muertes. No termina allí la cuestión, porque existe una fuerte presunción de que el otro conductor circulaba a velocidad muy superior a la máxima, embistiendo casi sin enfrenamiento –recorrió el doble de distancia y frenó una inferior a la mitad– y desplazando hacia atrás al vehículo que conducía Santiago Ferrarelo, lo que en interpretación de esta defensa, determinó que un accidente menor se transformara en la pérdida de vidas. Hemos ofrecido prueba a producir por peritos oficiales para determinar estas cuestiones. En suma, la prudencia y reflexión nos ayuda a entender, y resulta necesario que la Justicia pueda actuar sobre bases ciertas, sin presiones, y con mayor razón en estos hechos que son, como la palabra lo indica, accidentales. Firma: Eduardo Victor Lapenta – Abogado