Tomás Etcheverry terminó su gira por Europa con miedo y mucha incertidumbre. En Alemania fue detenido y deportado y cuando logró volver a Argentina, contrajo coronavirus.
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El joven de 22 años quería continuar su camino en torneos del Viejo Continente e iba a viajar hacia Polonia. “Tuve que cruzar por Alemania. Era todo normal hasta que, en el aeropuerto, cuando me pidieron el pasaporte, me hicieron a un lado de la fila de pasajeros. Observé que hablaban entre las autoridades de migraciones hasta que se me acercaron dos integrantes de la Policía Militar. Sinceramente no entendía nada entre el idioma y todo lo que ocurría a mi alrededor, tuve mucho miedo”, contó en una entrevista con el diario El Día.
Tras caer en semifinales del Challenger de Banja Luka ante Juan Manuel Cerúndolo, Etcheverry quiso levantarse rápido en Polonia pero no pudo hacerlo. “Me dijeron que son 90 días en países que pertenecen a la Comunidad Económica Europea y que me tenían que deportar. En ese momento entré en pánico”, deslizó.
Desde el aeropuerto lo trasladaron esposado hacia la comisaría de Köln y estuvo detenido allí durante un día entero. Él mismo asumió en qué momento cometió su falla, por desconocimiento fino de la situación.
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“Cometí un error sin querer, ya que superé por 23 días el límite de estar ininterrumpidamente en el territorio de la Comunidad Económica Europea, que por la pandemia se redujo a solamente tres meses, pero mi falla estuvo en que creí que al ir a jugar el US Open no se contabilizaba ese lapso del tiempo, pero no fue así, siguió corriendo en el conteo”, dijo Etcheverry.
El oriundo de La Plata había participado del Abierto de Estados Unidos. Cayó en la primera ronda de la qualy y volvió a Europa: allí surgió su inconveniente.
Ni bien pudo, Etcheverry arregló para volver rápidamente al país. Sin embargo, su pesadilla continuó. Para llegar a Argentina tuvo que hacer escalas en Estambul y Río de Janeiro: contrajo coronavirus.
“En mi estadía en Europa y Estados Unidos me hicieron un sinfín de hisopados, todos negativos. Me trasladaron en un taxi especial a un hotel en Buenos Aires, donde estuve aislado solo en una habitación durante diez días”, cerró.