Desde Berazategui, el boxeo le dio a los jóvenes una oportunidad de encuentro e intercambio cultural. Entre los barrios de la provincia de Buenos Aires realizan las Santas Peleas Callejeras reguladas por propios vecinos, como un “trabajo social” que encabeza un oriundo del barrio.
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Mauro Chávez -alias San Berretín- se cansó de que la gente del barrio El Bueno tuviese un proyecto con menos posibilidades que el resto. Como amigo y compañero de Homer el Mero Mero, reconocido rapero, llegó a una idea revolucionaria para su zona.
Chávez participó del video de “Madrugada”, canción del Mero Mero, que se filmó en el patio del monoblock de Berazategui. Cuando el equipo de producción llevó las cámaras y las demás herramientas, los jóvenes locales “quedaron vueltos locos”, dijo Mauro en diálogo con Vía País.
“¿Cómo puede ser que en el siglo 21, en el Conurbano, se siga hablando de las cámaras meses después? Era como si fuesen astronautas, como algo inalcanzable”, contó San Berretín sobre la mirada que tuvieron los vecinos sobre el despliegue del videoclip.
Por su participación en los materiales audiovisuales y su posterior impacto, Mauro comenzó a analizar cómo podía generar su marca. Comenzaron con los combates en la calle de una manera rústica y auténtica.
“Llamé a un chico que tenía un celular con una buena cámara y filmamos la primera batalla en El Bueno. Solo estábamos el juez, los peleadores y nosotros”, aseguró.
“Fue la combinación entre el rap, la pelea y el barrio”, contó Mauro, luego del debut combativo con el Mero Mero sonando de fondo.
La impresión que tuvo su video despertó mucho apoyo en su canal de YouTube y lo motivó para seguir con ese camino. Además, la productora del rapero le prestó un equipo de cámaras y parte de su producción para optimizar su material.
“Hasta ahora no le encuentro techo, da para más. Para mí es un trabajo social, soy un recuperado de la delincuencia. Quiero incentivar a la gente. Se puede cambiar, hay muchas cosas por hacer, hay posibilidades”, sostuvo Mauro, hijo del policía retirado Miguel Ángel Chávez, sobre su proyecto y su cambio de vida.
Con la colaboración de Erika Gomes y Saires Films, San Berretín presentó varios eventos de Santas Peleas Callejeras.
“El alma del evento es intercambiar cultura, conocimiento deportivo, contactos. Podés conocer gente e incentivar al deporte. Con una cámara se puede mostrar y cambiar su mundo”, avisó.
A sus 29 años, Mauro atravesó cuatro enfrentamientos con la policía y dijo que en su época más oscura incluso fue parte de salideras bancarias.
“Mi cambio encaja en todo esto, entre mis antecedentes y mis videos. Ese cambio quiero transmitir. Estoy cansado de ver morir a pibes jóvenes, de ver familias arruinadas, de ver que mi barrio no es nada”, firmó.
Cómo son las Santas Peleas Callejeras
Las Santas Peleas Callejeras se disputan en su querido barrio El Bueno, con un juez aficionado y con reglas propias de la calle, sin la intención de herir al rival.
No hay peleas con más de dos rounds y no combaten menores de edad. Deben pasar un tiempo de entrenamiento con San Berretín y hasta se dividen por peso, luego de juntar monedas para la balanza de su farmacia cercana.
Por falta de recursos, Mauro proporcionó guantes y demás materiales para que los hombres y mujeres del barrio puedan tener su momento deportivo en las cámaras.
“Los guantes son de onza 14. Son grandes para que se lastimen menos”, explicó a Vía País.
Con la cantidad de comentarios opuestos a su proyecto, Chávez sostuvo que trata de ni leerlos y que se enfoca en los buenos mensaje que le dan “una energía terrible”.
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Desde su conocimiento en las prácticas del boxeo y la licencia que consiguió, San Berretín lidera una base de entrenamientos que son obligatorios para competir en la calle.
“Los instruyo yo, me miden con una vara alta. No entienden que recluto a los del barrio”, les contestó a quienes lo critican por las técnicas y las condiciones en las que pelean.
“Que me ayuden, que me den una mano, que no nos comparen. Estamos usando la herramienta del deporte y de la música. Queremos un resultado positivo en la juventud”, sumó sobre el comentario “hater” de personas del deporte.
Entre sus logros a través de sus prácticas recientes, consiguió que un amigo abriera su escuela de boxeo. “Los chicos lo ven como un referente. Le di mis herramientas y arrancó. El lleva a cabo nuestros entrenamientos”, contó Mauro.
Las duras confesiones de Mauro Chávez
Como parte de su “trabajo social”, San Berretín incorporó a algunos hombres con pasado en la cárcel. Adrián Rivero, campeón intercarcelario, recuperó su libertad y volvió a entrenar con su amigo. Pelearon juntos en una de las tantas Santas Peleas Callejeras.
Luego de un tiempo, Rivero se quitó la vida. “Quiero salir adelante. No quiero que me vuelva a pasar, yo tengo que seguir. Tengo que avalar en hechos lo que cuento”, dijo Mauro.
“Estoy dejando atrás muchas cosas, estoy dejando amistades. Crecí en un ambiente muy hostil. Mataron a un amigo de siete balazos. Es un proceso de profunda transformación. Es parte de mi vida, yo me desperté hace un año”, agregó.
“Me encontré en algo, tengo algo en mí que no conocía. Me estoy autodescubriendo. Tengo condiciones de líder. Quiero liderar cosas buenas”, comentó sobre otros proyectos que tiene en mente para su nuevo material.
“Mucha gente tiene que salir del barrio para soñar, yo estoy soñando desde el barrio. Lo quiero llevar a lo mas alto que pueda”, cerró.
La opinión de dos campeones del mundo
Marcelo Domínguez, campeón del Consejo Mundial de Boxeo de la categoría crucero entre 1995 y 1998 (sostuvo su título en cinco oportunidades), se mostró en contra de las Santas Peleas Callejeras.
“No soy amante de ver esas cosas. Me parecen muy locas, delirantes, de ‘loquitos’. Soy una persona que toda su vida tuvo códigos, reglamentos. Son tipos rebeldes que no quieren acatar un reglamento, sacrificarse o entrenarse. Es una locura de los irresponsables que organizan eso”, sostuvo en diálogo con Vía País.
En esa misma línea se mostró César Cuenca, que le ganó el título vacante de la Federación Internacional de Boxeo al chino Ik Yang de la categoría superligero en 2015.
“Está mal lo que hacen. No saben si tienen algún problema de salud. ¿Qué revisión médica hay? Ninguna. No tienen los estudios hechos, con un golpe podés quedar mal. Es una falta de respeto. Nosotros nos hacemos los exámenes, nos matamos para entrenar. Ellos ni siquiera entrenan, cualquiera se pone un guante”, dijo Cuenca a Vía País.
El antecedente de peleas callejeras en Estados Unidos
En las calles de Estados Unidos se realizaron muchos combates clandestinos, con la ciudad de Miami como uno de sus máximos escenarios.
Dentro de las tantas diferencias con las Santas Peleas Callejeras, los combatientes norteamericanos peleaban a puño limpio y había apuestas de por medio.
El máximo exponente de la lucha urbana fue Kimbo Slice. Saltó a la fama por los videos de sus luchas rudas y agresivas.
Se ganó su apodo por haber dejado un gran corte -Slice, rebanada en inglés- cerca del ojo de uno de sus rivales. La revista Rolling Stones lo había definido como “el Rey de la camorra” de los sitios web.
Tuvo protagonismo en peleas de boxeo, su mejor momento pasó por los combates de MMA -Artes Marciales Mixtas- y hasta participó de películas y series televisivas.
Su carisma y su estilo agresivo lo colocaron entre los grandes nombres del deporte estadounidense. Desde las taquillas, era un evento con ganancia asegurada.
Le quitaron su licencia como luchador por tenencia de nadrolona, una sustancia prohibida que aumenta la masa muscular y la densidad ósea. Falleció en 2016, a los 42 años por una insuficiencia cardíaca.