El primer round electoral en el Gran Buenos Aires, el reconocido escenario de la “madre de las batallas” en los comicios, dejó eufóricos y heridos aunque nadie todavía ganó ni perdió. Porque las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) habilitaron la competencia de los que irán por las bancas en las generales del 14 de noviembre, con la expectativa de recuperar un caudal de votos que estuvo ausente el pasado domingo. Con un número de siete cifras que resulta tentador en la expectativa de quienes deben salir a cazarlo: más de un millón de votos que podrían aparecer si se recuperan tendencias recientes.
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La cantidad de votantes en el Conurbano estuvo en un promedio del 62,67%, un número inferior al 66,21% que finalmente reportó el Ministerio del Interior a nivel nacional (el domingo se había cifrado en el 68%). Pero la diferencia que miran en cada territorio es el 76% que asistió a votar en las PASO de 2019, cuando se eligieron cargos ejecutivos y fueron consagrados los intendentes que ahora deben procurar la búsqueda de esos ausentes en 2021.
Hubo incluso casos de distritos en los que se perforó el piso del 60% del padrón. Los jefes comunales se colgaron las medallas de triunfos holgados, uno de ellos el más amplio en todo Buenos Aires. Pero no son pocos los que piensan tanto en la Casa Rosada como en el Instituto Patria que esa fuga fue importante en el escenario final de la Provincia, con el sorpresivo triunfo de Juntos, que en la interna entre Diego Santilli y Facundo Manes obtuvo 360.967 votos más que la lista del Frente de Todos encabezada por Victoria Tolosa Paz. En porcentual, la diferencia fue de 4,35 puntos, 37,99% a 33,64%.
Los votos por cazar en el Conurbano
Si en el Gran Buenos Aires se hubiese llegado al 76% de concurrencia del padrón, como ocurrió en 2019, habría ido a votar 1.060.000 personas más. No será sencillo darles caza a todos, porque el desencanto en medio de la crisis económica y política, más el temor emergente a las grandes aglomeraciones en plena pandemia de coronavirus, complicarán las estrategias. Pero también se espera que en cada territorio haya una movilización estructural más fuerte para llevar a muchos de ellos a votar, una mecánica habitual que en las PASO creen que no estuvo tan activa.
Es por ello que el presidente Alberto Fernández, en una de sus primeras acciones después de las Primarias, bajó a Almirante Brown (donde el intendente Mariano Cascallares hizo una buena elección como precandidato a diputado provincial por la Tercera Sección electoral) y se reunió con intendentes del sur del GBA. No sólo quieren reducir el ausentismo, sino también que no haya tanto corte de boleta, como sí se vio en las PASO y en detrimento de la lista de precandidatos a diputados nacionales del kirchnerismo.
La búsqueda de votos puede generar más impacto en los municipios que estuvieron por debajo del 60 por ciento o los que apenas lo superaron. El caso más claro se dio en Florencio Varela, con el 58,87% de concurrencia y una fuga de casi 60 mil sufragantes si se hiciera la proyección del 76% de las últimas PASO. Con el mismo parámetro, la caída más fuerte en términos absolutos se vio en La Matanza, donde asistió el 60,1% del padrón y la diferencia respecto de 2019 es de 183.000 votos. Fernando Espinoza, su intendente, no estuvo en el encuentro de jefes comunales con Alberto Fernández de este martes.
Mario Ishii rompió el esquema en José C. Paz, porque habilitó las internas en el peronismo y sacó el porcentaje más alto del Frente de Todos en la Provincia, al orillar los 50 puntos. Pero la concurrencia en su territorio se situó en el 59,22%.
En Lomas de Zamora, Martín Insaurralde ganó pero con números menos holgados que en las PASO de 2019: cayó 15 puntos entre una y otra, de 58% a 43%. Como sólo se presentó el 61,27% del padrón, quedaron 82.000 votos desaprovechados. Y la diferencia entre la lista del kirchnerismo con la de Juntos se situó en alrededor de 28.000 sufragios.
En Quilmes, la lista impulsada por Mayra Mendoza deberá revertir una derrota en las Primarias contra el ex intendente Martiniano Molina, quien traccionó hacia la victoria de Juntos como candidato a diputado provincial. La distancia entre el cocinero y la lista del kirchnerismo fue de poco más de 21.000 sufragios. El bajo nivel de asistencia a las PASO, del 62,56%, podría hacer crecer ese caudal en casi 70.000 votantes si se alcanzara el 76% de las primarias de 2019.
Un escenario parecido ocurrió en San Martín. La derrota le pegó directamente al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, intendente en uso de licencia para sumir en el gabinete nacional: perdió Nancy Cappeloni, su esposa. Con casi 60.000 votos menos que en 2019, los 10.000 de diferencia respecto de los sumados por Juntos podrían ser una anécdota en noviembre.
La derrota del oficialismo en Tigre fue una de las novedades en el GBA. Juntos, impulsado por la figura de Segundo Cernadas (jugó con Santilli) en la interna contra Nicolás Massot (fue con Manes), obtuvo el 39.81% de los votos a nivel local, mientras que el oficialismo no pudo frenar la derrota aun con el acuerdo entre el intendente Julio Zamora y Sergio Massa (estaban enfrentados): Gisela Zamora, la esposa del jefe comunal que lidera la lista, llegó al 34,67%.
También estarán pendientes de sumar todos los votos que se fugaron en dos distritos que anticipan una elección apretada. En Lanús, Juntos por el Cambio deberá remontar como oficialismo una caída ajustadísima en las PASO que tuvieron una afluencia del 63,2%. Allí, el camporista Julián Álvarez tuvo una mejor performance que las listas apadrinadas por el intendente Néstor Grindetti. El otro distrito es Hurlingham, también con final de bandera verde en las primarias entre Juntos y el oficialismo con mucho componente de La Cámpora y una concurrencia de 65,62%.
Algunos batacazos se dieron en distritos del Oeste: Morón, que tiene como intendente a Lucas Ghi (ahijado político de Martín Sabbatella); e Ituzaingó, donde Alberto Descalzo lleva 26 años de mandato ininterrumpido y se vio la mayor afluencia de votantes en el Conurbano, con el 68,81% del padrón presente en las PASO.
El segundo municipio con mayor participación en el GBA fue Berazategui, que llegó a un 66,72% del padrón volcado a las urnas, donde hubo un triunfo claro del kirchnerismo con el liderazgo del caudillo Juan José Mussi. En San Isidro, el terreno donde gobierna el apellido Posse desde 1983 (primero con Melchor y en los últimos seis períodos por su hijo Gustavo), la victoria de Juntos (55,5% contra 19% del FdT) se edificó en una afluencia del 66.17%.
**Fuente: Zonales.com