La junta médica convocada por la justicia para investigar la muerte de Diego Maradona concluyó que el “10″ agonizó durante más de 12 horas antes de su deceso, que no recibió el tratamiento adecuado para un paciente de su condición y que, si hubiera estado hospitalizado, probablemente seguiría vivo.
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Durante dos meses, los expertos convocados por la justicia analizaron las conclusiones de la autopsia y de los estudios complementarios, historia clínica de Maradona y declaraciones de los testigos ante la justicia.
El informe, elaborado por una veintena de peritos y entregado este lunes a los fiscales del caso, complica la situación judicial de los siete imputados que están en la causa, entre ellos el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, quienes eran las caras visibles del equipo médico que atendía al astro.
Según los peritos, “fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba el paciente” y Maradona “comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12.30 del 25 de noviembre, es decir, presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado” por lo que concluyeron que “el paciente no fue debidamente controlado desde las 00.30 horas”.
La internación domiciliaria en una casa de las afueras de Buenos Aires para que Maradona transitara la rehabilitación tras la cirugía craneal “no cumplía con los lineamientos mínimos de tal en un paciente de la pluripatología compleja que presentaba” el excampeón del mundo en 1986.
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En otro de los párrafos relevantes del informe, los peritos afirmaron que Maradona “no hubiese fallecido de haber contado con una internación adecuada, teniendo en cuenta el cuadro documentado en los días previos a su muerte, en un centro asistencial polivalente recibiendo una atención acorde a las buenas prácticas médicas”.
Tras conocerse el informe, el abogado Mario Baudry, quien representa a Dieguito Fernando, adelantó que van “a pedir un cambio de caratula” en la causa judicial de homicidio culposo a “homicidio con dolo eventual o abandono de persona”.
El primer caso prevé una pena excarcelable de uno a cinco años de prisión mientras que un homicidio doloso tiene una condena de 8 a 25 años de cárcel.
“Diego por consumo de alcohol y de drogas licitas e ilícitas no estaba en condiciones de decidir”, sostuvo Baudry, y agregó que “los médicos en ningún momento le contaron a la familia la gravedad del cuadro”.
Además de Luque y Cosachov, también están imputados el psicólogo Carlos Díaz; los enfermeros Dahiana Madrid y Ricardo Almirón; la médica Nancy Forlini y el coordinador de enfermeros Mariano Perroni.
Julio Rivas, el abogado de Luque, dijo a periodistas que la defensa impugnará la pericia médica. “Han hecho un informe parcializado, malo, sin fundamentos científicos y será motivo de una impugnación judicial por parte nuestra’', adelantó el abogado.