En su camino hacia la neutralidad de carbono, Japón estudia prohibir la venta de vehículos nuevos que funcionen solo con motor a combustible.
El país asiático prevé incorporar la prohibición a la comercialización de vehículos cero kilómetro de gasolina o diésel en 10 años, a partir de 2030, como muy tarde.
Además, ya planifica una batería de medidas adicionales con el objetivo de reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono para 2050, en pos de luchar contra el avance de la crisis climática.
La iniciativa se enmarca en el contexto de “estrategia de crecimiento verde” definida por el Gobierno, enfocada en la descarbonización y la electrificación de la sociedad, que se presentó esta semana y que incluye 14 áreas clave, incluido el hidrógeno como fuente de energía y el reciclaje de carbono.
El país asiático busca instalar la medida para promover el uso de vehículos eléctricos, junto con la instalación de más estaciones de carga que incentiven la compra de autos ecológicos.
De llevarse a cabo, la medida ocasionaría un fuerte golpe a los fabricantes, quienes basan gran parte de su oferta en los modelos a gasolina, dejando una mínima participación de mercado a los vehículos diésel y cubriendo el 30% restante de la industria con modelos electrificados, ya sea híbridos o enchufables puramente eléctricos.
De igual manera, el gobierno japonés no solo busca reducir las emisiones contaminantes del archipiélago asiático, sino también disminuir la dependencia del petróleo, sustancia que importa en su 100%, al ser un territorio netamente consumidor (no hay que olvidar que fue la falta de “oro negro” en su región la que orilló al imperio japonés a buscar extenderse hacia el territorio de China, Corea y Tailandia durante la Segunda Guerra Mundial).
Para lograr su objetivo, las autoridades se comprometieron también a apoyar al sector privado. Según sus previsiones, la estrategia de crecimiento planteada generaría alrededor de 90.000 millones de yenes (unos 715 millones de dólares) en 2030 y 190.000 millones de yenes (unos 1.510 millones de dólares) en 2050.
En este sentido, el secretario jefe del gabinete de Gobierno, Katsunobu Kato, explicó que “la era en la que lidiar con el calentamiento global se considera una restricción al crecimiento económico llegó a su fin”. “Es momento de considerarlo como una oportunidad”, sostuvo.
Entre los puntos con los que se comprometió a impulsar el Gobierno nipón, se destaca el incremento a 10 gigavatios en 2030 y a 45 gigavatios en 2040 de la energía eólica marina y el uso de fuentes alternativas para compensar los gases de efecto invernadero generados a través de tecnologías como la mezcla de dióxido de carbono con hormigón.
Al parecer, la propuesta japonesa nació tras las declaraciones realizadas el año pasado por Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, quien pidió a todos los países miembros reducir su emisión de contaminantes en un 45% hacia el año 2030.