El Vaticano rechazó la unión entre personas del mismo sexo: “Dios no puede bendecir el pecado”

Así lo explicó la Congregación para la Doctrina de la Fe en un texto que fue aprobado por el papa Francisco.

El Vaticano rechazó la unión entre personas del mismo sexo: “Dios no puede bendecir el pecado”
El papa Francisco. (Foto de archivo: Maurizio Brambatti/EFE).

El Vaticano aclaró este lunes que para la Iglesia Católica la homosexualidad es “un pecado” y que los sacerdotes no pueden bendecir esas uniones, según un texto divulgado este lunes por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

La institución encargada de preservar el dogma católico se refirió al tema a través de una pregunta que muchos se hacen: “¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?”. Y la respuesta fue tajante: “Se responde negativamente”.

“En algunos ambientes eclesiales se están difundiendo proyectos y propuestas de bendiciones para uniones de personas del mismo sexo”, advierte un documento firmado por el cardenal Luis Ladaria, prefecto de la congregación, conocida en el pasado como el Santo Oficio de la Inquisición.

No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”, precisa el texto.

El documento recuerda que para la Iglesia, “Dios nunca deja de bendecir a sus hijos”, pero “no bendice ni puede bendecir el pecado”.

El texto fue aprobado por el papa Francisco, que hace cinco meses aseguró en una entrevista que “las personas homosexuales tienen derecho a estar dentro a una familia” y que deberían tener derecho a estar cubiertos legalmente, lo que desató controversia.

El papa Francisco.
El papa Francisco.

Esta frase provocó la ira de los sectores más conservadores, entre ellos varios obispos y cardenales y a su vez elogios por parte de las asociaciones de defensa de los homosexuales, que consideraron histórica su apertura.

Luego, el Vaticano precisó que Francisco no había cuestionado el dogma del matrimonio entre un hombre y una mujer y que se refería a las leyes adoptadas por los Estados.