El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este viernes liberar el próximo desembolso para la Argentina que ascenderá a un total de 10.800 millones de dólares. La decisión se conoció al término de una reunión que mantuvo el board para analizar la evolución de las principales variables económicas del país y los resultados del programa de ajuste que se comprometió a implementar el Gobierno nacional para equilibrar las cuentas públicas.
"Las políticas de las autoridades que sustentan el acuerdo respaldado por el FMI están dando fruto. El elevado déficit fiscal y en cuenta corriente —dos grandes vulnerabilidades que condujeron a la crisis financiera el año pasado— están disminuyendo. La actividad económica se contrajo en 2018, pero hay indicios de que la recesión ha tocado fondo, y se espera una recuperación gradual en los próximos trimestres. Sin embargo, la inflación sigue siendo elevada; las expectativas inflacionarias están aumentando y la inercia inflacionaria resulta difícil de quebrar", analizó la directora gerente del Fondo, la francesa Christine Lagarde.
El organismo multilateral de crédito consideró a través de un comunicado que "el gobierno argentino dio muestra de su determinación de asegurar que la relación deuda pública/PIB se encuentre en una trayectoria sostenible, reduciendo el déficit primario de 2018 por debajo de la meta fijada en el programa".
"No obstante, a la luz de un nivel inferior al esperado del ingreso tributario en el primer semestre del año, será crítico actuar continuamente con prudencia en la ejecución de los planes de gasto y tomar otras medidas para incrementar los ingresos fiscales a fin que la posición fiscal de 2019 llegue al balance primario. Es necesario redoblar los esfuerzos por mejorar el marco fiscal a mediano plazo y la gestión de deuda", remarcó.
En sus conclusiones, el FMI también indicó que "tras unos meses de relativa estabilidad, la volatilidad financiera ha repuntado en las últimas semanas, dado que las condiciones financieras mundiales se han tornado menos favorables y los resultados en términos de la inflación han decepcionado. El BCRA reaccionó frente a esta situación recalibrando la política monetaria, manteniendo el crecimiento cero de la base monetaria hasta finales del año. Se ha elevado al Congreso una nueva carta orgánica del banco central que, de ser aprobada como ley, afianzará la credibilidad de la política monetaria".