La bomba GBU-43/B, arrojada por Estados Unidos el pasado jueves en Afganistán, provocó al menos 94 muertes, según el último balance de las autoridades locales.
Entre los fallecidos se encontrarían al menos cuatro altos dirigentes de la sección afgana de Estado Islámico en Korasán. Además, hubo una completa destrucción de la zona del impacto: tres túneles que los yihadistas empleaban como depósitos de armas y otros equipos.
Asimismo, informaron que entre los muertos hay un hombre identificado como "Hamza", hermano a su vez de un alto comandante de EI, también fallecido, y otros dos comandantes identificados como "Abubakar" y "Mohammad Abrani".
Sin embargo, la organización yihadista desmintió que el ataque haya causado alguna baja entre sus filas, según un comunicado recogido hoy por su habitual portal de propaganda, Amaq.