El cineasta argentino Manuel Abramovich se convirtió en el ganador del Oso de Plata al mejor cortometraje en la Berlinale. El cineasta señaló durante la premiación este sábado que uno de los objetivos de su filme "Blue Boy" es "empoderar" la actividad de los trabajadores del sexo.
En una rueda de prensa posterior a la gala de entrega de premios, Abramovich explicó que en su corto estaba "muy interesado en el aspecto performativo de los trabajadores del sexo".
"Blue Boy", coproducida con Alemania, se centra en el testimonio de varios hombres que se ganan el sustento como trabajadores del sexo en Berlín y pone el foco también en las reacciones de los propios protagonistas al oírse contar su historia, precisó.
El argentino contó que había oído de un bar en el barrio berlinés de Schöneberg, donde los trabajadores del sexo "prácticamente se convierten en actores para seducir a sus clientes".
Como cineasta, confesó que se convirtió también en cliente de los protagonistas de su filme, porque les pagó "para compartir sus intimidades".
"Entre los trabajadores del sexo y sus clientes existe un acuerdo y entre los trabajadores del sexo y nosotros que hicimos la película, también lo había", precisó y subrayó que le gusta pensar en este "paralelismo".
Al mismo tiempo, Abramovich anunció que quiere con su corto "invitar al público a mirar a los ojos" de los protagonistas.