La historia de la tenista trans que brilló en Argentina en 1977

La poco conocida historia de una tenista que rompió con todo lo establecido 40 años atrás.

La historia de la tenista trans que brilló en Argentina en 1977
Renée Richards (Foto: La Nación)

Pensar en una tenista transexual en el circuito profesional femenino, incluso hoy, en pleno siglo XXI, podría ser un motivo de polémica. Eso pensamos ahora. Sin embargo, 40 años atrás, cuando la sociedad era otra, Renée Richards logró jugar dentro del WTA Tour e hizo historia. Hasta se dio el gusto de festejar en Buenos Aires, en medio de la última dictadura militar.

La historia comenzó el 19 de agosto de 1934, día en el que Richard Raskind, como se llamó al nacer, nació en Nueva York. Hijo de un ortopedista y una psiquiatra, desde pequeño mostró gran talento para el básquet, el fútbol americano y la natación. Alto (1,88m) y zurdo, con revés de una mano, tenía un juego vistoso y agresivo. Participó en cinco ocasiones en el singles masculino del US Open, pero sólo alcanzó la segunda rueda un par de veces. Luego entró en Yale y se recibió de oftalmólogo. Posteriormente ingresó en la Marina de los Estados Unidos, y disputó varios campeonatos como representante de la Armada de ese país. En junio de 1970 se casó con Barbara Mole, y un par de años después nació su único hijo, Nicholas.

Renée Richards - Tenista transexual. (AP)
Renée Richards - Tenista transexual. (AP)

Su vida parecía, para los estándares de la época, completa. Pero Raskind no era feliz. Desde pequeño le gustaba vestirse con ropas femeninas. En algún momento comprendió que ya no podía ocultar más sus sentimientos y que quería ser una mujer. Así que comenzó un tratamiento hormonal con el doctor Charles Ihlenfield, pero tardó bastante más en someterse a la operación de reasignación sexual, en la que intervino el urólogo argentino Roberto Concepción Granato. Luego de divorciarse, empezó otra vida, con otro nombre y en otro lugar. Acomodándose en el género femenino con el que siempre había sentido identificación, adoptó un nuevo nombre, Renée Richards. En california siguió trabajando como oftalmóloga, y también jugando al tenis. Su altura y potencia la hicieron destacar.

Fue John Paddington, un periodista de Newport, quien dio a conocer la historia del cambio de sexo de Richards. Ante la novedad, la WTA, el circuito femenino del tenis, intentó denegar las invitaciones que le había cursado, pero Richards planteó una batalla legal y presentó todos los certificados que la confirmaban como mujer. La batalla era difícil, y en algunos torneos le exigían someterse a tests de cromosomas, a los cuales se negaba. Su pelea llegó hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos, que avaló su reclamo: "Hay evidencias abrumadoras de que la doctora Richards es ahora una mujer".

De ese modo, pudo jugar el US Open 1977, ahora como mujer. Sufrió una derrota ante la inglesa Virginia Wade en la primera rueda pero le fue mejor en dobles: junto con Betty-Ann Stuart llegaron a la final, que perdieron contra Martina Navratilova y Betty Stove.

En octubre de 1977, Renée llegó a Buenos Aires para jugar el 85° Campeonato del Río de la Plata. La Argentina atravesaba la dictadura liderada por Jorge Rafael Videla. En ese contexto, Renée Richards se dio el lujo de jugar y festejar en Buenos Aires en un evento sin demasiada repercusión. Algunos medios de comunicación la retrataron como "Una figura singular".