El aire acondicionado está constantemente prendido, teniendo en cuenta el calor -por momentos, insoportable- en el verano. Sin embargo, su abuso trae cambios bruscos de temperatura, humedad y agentes infecciosos o alergénicos que podrían derivar en ciertas enfermedades.
De acuerdo a la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, hay que tener en cuenta que la falta de ventilación en lugares cerrados, sumada la deficiente limpieza de los filtros de los aires acondicionados, conlleva a la acumulación de partículas alergénicas, como los pólenes, polvos domésticos y ácaros, aumentando la posibilidad de infecciones al acumular gérmenes.
Por otra parte, los roles de la vía aérea superior y la nariz son fundamentales al momento de calentar, filtrar y humidificar el aire que se inhala, justamente lo contrario a lo que sucede con el ambiente acondicionado por un aparato, donde el aire se enfría y pierde humedad. Lo cierto es que su abuso puede desencadenar en dolor de garganta, rinitis, tos, broncoespasmo, sequedad de mucosas e infecciones.
Es que el frío actúa como irritante, sobre todo a nivel de la garganta, ocasionando molestias o dolor y a veces laringitis y disfonía.
Recomendaciones para usar el aire acondicionado sin dañar la salud
- Limpiar los equipos de aire acondicionado, al menos una vez al año, para evitar la acumulación de gérmenes.
- Evitar la exposición directa al aire acondicionado, teniendo en cuenta a la hora de dormir, cuando la exposición puede ser más prolongada.
- Realizar intervalos en los que el aire acondicionado esté apagado, para ventilar el ambiente y reducir la sequedad producida por el mismo.
- Mantener la temperatura ambiente entre los 24 y 26 grados.
- Beber agua para facilitar la hidratación de las vías respiratorias.