La otrora peligrosa montaña de deuda un día desaparecerá y ese día es este miércoles: el Gobierno y el mercado le dirán adiós a las Letras del Banco Central (Lebac), una herramienta que supo ser usada sin éxito para combatir la inflación.
Tal como estaba previsto, la autoridad monetaria no volvió a licitar este martes las Lebac por unos 68.618 millones de pesos que vencen este miércoles. Y los tenedores de ese dinero saldrán a buscar un nuevo refugio, por lo que podría haber una presión extra en el mercado cambiario, aunque sin posibilidad de una disrupción.
En un contexto de cautela, la cotización oficial promedio del dólar bajó tres centavos para cerrar en 39,18 pesos en las ventanillas de los bancos. En el mercado mayorista se negociaron 560 millones de dólares y el tipo de cambio se mantuvo en 38,26 pesos.
Gustavo Quintana, de PR Cambios, dijo que un relativo equilibrio de fuerzas se mantuvo durante todo el transcurso de la sesión justificando la menor fluctuación exhibida hoy por el dólar mayorista.
Las Lebac –que llegaron a representar un 11% del PBI cuando Federico Sturzenegger conducía la política monetaria- estaban en manos de inversores y bancos comerciales. Se estima que las entidades financieras cambiarán el dinero por Letras de Liquidez (Leliq).
Este martes hubo un vencimiento de Leliq por 141.172 millones de pesos y se adjudicaron 162.652 millones, por lo que se registró una absorción de 21.480 millones de pesos, en pos del cumplimiento de mantener la base monetaria congelada hasta junio próximo.
En torno a ese objetivo, el Banco Central viene operando dentro de lo previsto. En octubre y noviembre sobrecumplió las metas de base monetaria y para no relajar su postura, planea sobrecumplir también la meta de diciembre, como mínimo en 16.000 millones, según la entidad.
Tasa, apenas arriba
En medio de la incertidumbre sobre qué pasaría con el dinero que saliera de las Lebac, los bancos comerciales (públicos y privados) exigieron hoy un poco más y la tasa promedio pasó del 59,41% del lunes a 59,44%.
Operadores del mercado explicaron a este diario que este martes fue una jornada en la que “costó” conseguir productos en pesos. Y entendían que muchos pesos provenientes de las Lebacs no renovadas podrían ir mañana a buscar más tasa que dólares.
Resulta que las tasas en pesos que se están obteniendo en la actualidad dan más rendimientos que los precios futuros del dólar. E incluso, los operadores e inversores señalan que no se espera una marcada suba del tipo de cambio porque el Banco Central mantiene el control.
Lebac por Leliq
Las Lebac debutaron en agosto de 2002, en plena salida de la profunda crisis económica y financiera de la Argentina. Fue una idea del economista Aldo Pignanelli, hoy en las filas del Frente Renovador.
Fueron pensadas como un instrumento para esterilizar el mercado de pesos de forma momentánea y eran emitidas a 28 días de plazo. La primera licitación captó 53 millones de pesos, con un rendimiento del 80% anual (6,7% mensual). Este miércoles se despiden rindiendo un 49% anual.
Si bien tuvieron una vida de dieciséis años, nunca como en la era Cambiemos habían crecido tanto, superando 1,2 billones de pesos y pagando una montaña monumental de dinero: sólo en 2017, el Banco Central pagó 11.165 millones de dólares en intereses por las Lebac.
Esa fue la herramienta que la gestión Macri cambió por las Leliq, cuyo stock se encuentra en 659.633 millones de pesos, es decir el 48,67% de la base monetaria, que actualmente se ubica en 1,35 billones de pesos. Y paga una tasa del 59,44% anual.
A su vez, representa el 24,85% de los 2,6 billones de pesos que tienen depositados a plazo y a la vista en los bancos las personas, empresas y el Estado nacional, las provincias y los municipios.
Asimismo, ya hay en Leliq el equivalente a unos 17.241 millones de dólares, el 29,41% de las reservas internacionales netas del Banco Central.
En el mercado se preguntan si el modelo de emisión de Leliq – a las que sólo pueden acceder los bancos comerciales públicos y privados- es desarmable sin secuelas para la macroeconomía en un futuro de mediano plazo.
Advierten, en esa línea, que la renovación semanal de capital más intereses devengados es una nueva bomba de tiempo.
Es una visión que comparte el economista Roberto Cachanosky, quien sostiene que Banco Central debería desarmar “la bicicleta” entre Leliqs y el dólar. Según dijo, hay preocupación de que repita un escenario similar al arbitraje que se hacía con las Lebac.