River presentó este miércoles su descargo en la Conmebol por los hechos de violencia que impidieron la realización del segundo encuentro final de la Copa Libertadores 2018, y desde el interior de la entidad con sede en la ciudad paraguaya de Luque surgió la información de que el partido finalmente se jugaría en Doha, capital de Qatar, el próximo sábado 8 de diciembre.
Ni Asunción, ni Miami, ni Medellín, ni San Pablo, ni Génova. La elegida sería la capital qatarí por millonarias razones que nada tienen que ver con River en particular, sino con la Conmebol, que percibirá una sustanciosa suma de dólares por mudar este superclásico a un sitio tan remoto para los argentinos. Claro que ambos clubes también saldrán ganando en ese aspecto.
"Cometí un error al referirme así a Daniel Angelici, porque lo que manifesté lo hice como si fuera una charla. De ninguna manera quiero molestar a nadie y pretendo abonar a la paz", remarcó esta noche en Mar del Plata el presidente riverplatense, Rodolfo D'Onofrio, ya más tranquilo después de interiorizarse sobre lo que se estaba decidiendo por estas horas en Paraguay tras la presentación del descargo de su club.
La decisión final se dará a conocer durante esta tarde a través de la Unidad Disciplinaria de la Conmebol y Boca, porque a Angelici no le queda más remedio, la apelará, pero será rechazada y terminará recurriendo al TAS, cuyo fallo suele demorar no menos de tres meses.
Qatar cuenta con el poderío económico suficiente como para resarcir a River, que deberá reembolsar a los socios que compraron su entrada para la frustrada revancha con Boca (100 millones de pesos) y debió pagar por los operativos de seguridad, aún cuando éstos fallaron.
Por eso, mientras la Conmebol recibirá 12 millones de dólares por este partido, a River le entregarían 2.500.000 para paliar el déficit mencionado, mientras que los boquenses recibirán 2.000.000.
Además Qatar se haría cargo de los gastos de traslado, hospedaje y hasta de los premios que recibirán ambos clubes argentinos por haber sido finalistas del torneo continental.
Tras los últimos intentos de las autoridades argentinas por reciclar el partido en el Monumental (mañana volverá a Buenos Aires el presidente de FIFA, Gianni Infantino, porque el jueves va a disertar en el G20), si finalmente todo se cierra en favor de Qatar, por primera vez en la historia el "Supeclásico" del fútbol argentino se jugará en el estadio Internacional Khalifa, con capacidad para 50.000 espectadores, un aforo similar al de la Bombonera.