Pablo Pérez, volante de Boca que fue agredido este sábado antes de la Superfinal ante River, opinó sobre lo que le tocó vivir y manifestó fue una "vergüenza" lo que le sucedió en el micro que trasladaba al plantel antes de ingresar al Monumental.
"Es una vergüenza. No puedo jugar al futbol así si voy a una cancha y puedo llegar a morir", manifestó Pérez, quien aclaró sobre su salud: "Estoy un poquito mejor, me siento con mucha bronca e impotencia. Mejoró bastante la visión, tengo irritado, me rozó una astilla del vidrio".
El capitán de Boca hizo una recapitulación de los incidentes en el micro: "De repente aparecen 200 personas tirando piedras. Fue raro, no habia mucha gente despues de pasar el puente pero toda la gente estaba acumulada en un solo lugar, fueron tres minutos que no se los deseo a nadie".
Y agregó: "Hasta la puerta nos agredieron, ¿qué tres cuadras? hasta la puerta y no soy ningún mentiroso, cuando fuimos a agarrar a (Gonzalo) Lamardo, siguieron estallando vidrios hasta la puerta".
"¿Cómo vamos a ir a una cancha que no nos brindan seguridad? Si jugábamos y ganábamos en su cancha y dabamos la vuelta en su cancha me matan; tengo tres hijas, la mayor me abrazó cuando llegué a casa y estaba llorando", explicó.
Sobre el médico de la Conmebol que ingresó al vestuario de Boca para ver el estado de los jugadores, Pérez fue determianante. "Nunca me atendió. Se ve que tenía alguna orden de no poder revisarnos".
Además, relató que cuando salió en ambulancia desde el Monumental, "siguieron tirando piedras" y enfatizó que "si el ojo me lo sacan no me lo paga nadie”.
Por último, hizo referencia sobre la decisión que tomará la Conmebol: "No voy a opinar de lo que corresponda a sanciones o no, no me interesa".
