De cara a la Cumbre del G20 que se realiará en la Ciudad de Buenos Aires los días 30 de noviembre y 1° de diciembre, el Gobierno tendrá puesta la mira en los pasos y fronteras para evitar el ingreso al país de personas con intenciones de generar disturbios.
Los ataques por parte de grupos anarquistas en el cementerio de la Recoleta y en la casa del juez federal Claudio Bonadio, sumados a las amenazas telefónicas en distintas embajadas, generaron un clima de tensión en el Gobierno y obligaron a un nuevo ajuste en las fronteras.
El presidente Mauricio Macri se reunió con el titular de Migraciones, Horacio García, para conocer la batería de medidas que se pondrán en marcha en las fronteras, y le pidió que los controles sean "más rigurosos".
García le detalló los sistemas que ya están en funcionamiento y que se utilizarán para detectar posibles "infiltrados". Entre ellos se destacan la Información Anticipada de Pasajeros, que permitirá trabajar sobre los antecedentes de quienes arriben a la Argentina vía aérea. En este sentido, se podrán tener datos de la persona desde el momento en que realizó la reserva de los pasajes.
A esto se sumarán las puertas biométricas y la utilización de información del Registro Nacional de las Personas y del Registro Nacional de Reincidentes para argentinos, según consignó La Nación.
En la Casa Rosada entienden que será imposible evitar protestas, pero buscarán que no alteren el normal funcionamiento y desarrollo del G20.