Los precios internos al por mayor registraron una suba del 3% de octubre respecto de septiembre, mostrando una fuerte desaceleración, y acumularon así un alza del 76,6% en la comparación contra el mismo mes del año pasado.
Ese aumento se explica como consecuencia de la suba de 3,6% en los productos nacionales y de la caída de 2,9% en los importados, básicamente porque el dólar cayó 9,2% durante octubre, mes en el que se puso en marcha la nueva y restrictiva política monetaria.
Allí se observa cómo los precios que suben fuerte cuando el precio del dólar se dispara, luego no recortan en la misma proporción cuando el tipo de cambio cae. O al menos no en el corto plazo.
Los datos de la variación de octubre se desprenden del índice de precios internos al por mayor (IPIM) publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Los precios mayoristas habían subido 4,6% mensual en enero; 4,8% en febrero; 1,9% en marzo; 1,8% en abril; 7,5% en mayo; 6,5% en junio; 4,7% en julio y 4,9% en agosto. En septiembre pegaron un salto record del 16%. Y ahora se ajustaron 3%.
Más que un producto de la devaluación, ese pico registrado en septiembre había sido una consecuencia de la enorme inestabilidad del mercado cambiario y de la incertidumbre y especulación por cobertura que ello genera en la economía.
Si bien la canasta del IPMI no es exactamente la misma que la del Índice de Precios al Consumidor –que traza la línea de la inflación general-, este indicador va anticipando de alguna manera cómo están los fluctuando los valores en la económica doméstica.
La política monetaria tiene un rezago de dos o tres meses, por lo que sus resultados se verán con claridad recién en diciembre, pero el impacto concreto empezó a sentirse desde el primer minuto por los efectos sobre las decisiones de los agentes económicos.
Tal como anticipó este medio el 16 de noviembre, en el Gobierno de Mauricio Macri celebran que la política monetaria esté empezando a cosechar lo que pretendía: cede la inflación y bajan las tasas mientras el déficit fiscal primario va rumbo al cero.
No obstante, secar la plaza de pesos no es gratuito: la estrategia de Cambiemos para combatir la inflación y estabilizar el mercado cambiario profundizará la recesión que se inició en abril, en medio del estallido de la crisis cambiaria que afectó a la Argentina. Y la recesión, según la OCDE, podría durar hasta principios de 2020.
Las consecuencias
La actividad de la industria manufacturera cayó 3,6% en octubre, respecto del mismo mes de 2017, según reportó hoy el Índice de Producción Industrial (IPI) de la fundación FIEL.
En octubre, siete de cada diez ramas de actividad mostraron una caída, destacándose el retroceso de la producción automotriz, metalmecánica, de minerales no metálicos y de químicos y plásticos.
A contramano, se observó un avance en la refinación de petróleo y en la producción siderúrgica.
Respecto a septiembre, la producción industrial resultó 3.2% superior incluyendo factores estacionales, mientras que si estos se corrigen la actividad mostró un ligero retroceso (‐0.3%).
Finalmente, para los primeros diez meses del año y en la comparación interanual, la actividad industrial acumula una caída 1.9% (ver Tabla 1 y Gráfico Nº 1).
En los primeros diez meses del año, la siderurgia continúa liderando el crecimiento industrial con un avance de 9,8% en la comparación con el mismo periodo de 2017.
La producción automotriz acumuló entre enero y octubre una mejora de 4% en comparación con el mismo periodo del año pasado, seguida de la producción de minerales no metálicos y la de papel y celulosa que mostraron un avance de 0.5% en ambos casos, y la producción de alimentos y bebidas (+0.2%).
Cayendo a un ritmo inferior al promedio de la industria en el periodo enero – octubre y en la comparación interanual se encuentra la producción de insumos textiles (‐1.5%) y los despachos de cigarrillos (‐1.9%).
Las restantes ramas de actividad muestran una caída más profunda que el promedio de la industria, comenzando por el procesamiento de petróleo (‐5.5%), la producción de insumos químicos y plásticos (‐5.9%) y la producción del complejo metalmecánico que acumula una caída del 8%.