El jueves por la noche, las máximas autoridades nacionales tuvieron el primer indicio concreto sobre la posibilidad de hallar los restos del submarino ARA San Juan, desaparecido en noviembre del año pasado.
Tras participar de un acto conmemorativo al cumplirse un año de la desaparición de la nave con sus 44 tripulantes a bordo, Mauricio Macri y Oscar Aguad volvían de Mar del Plata. Según indica Clarín, en ese momento el vicealmirante José Luis Villán, jefe de la Armada, se comunicó con el ministro de Defensa.
El buque noruego Ocean Infinity se volvía a la zona que venían rastreando. "Por lo que me dice la Armada, se vuelven al posible lugar de la explosión. Tienen un dato más contundente que todos los otros anteriores. Y es muy posible que esta vez sea el submarino…", le dijo Aguad al Presidente. Macri lo miró y respondió con una sola palabra. "Recemos…".
Luego de un viernes cargado de tensión, minutos después de la medianoche llegó la noticia: era el ARA San Juan. Las primeras imágenes que entregó el robot mostraban al submarino en el mismo lugar por el que habían pasado muchas veces los buques que lo rastrearon. Tenía el casco abollado en la proa pero no estaba partido.
"Se termina una etapa de angustia", fue la primera frase de Aguad apenas se supo del hallazgo. Ahora empieza otra etapa: la de evaluar la posibilidad de sacar a flote las 2.140 toneladas del submarino, algo que los especialistas consideran casi imposible. Y saber cómo fueron las últimas horas de los 44 tripulantes.
Durante el encuentro con los familiares en la Base Naval de Mar del Plata, Macri había prometido no abandonar la búsqueda. "No los vamos a abandonar", afirmó ante 250 padres, esposas, hermanos, hijos y amigos de los 44 desaparecidos.