La brasileña Angelina Ferreira Rodrigues, de 40 años, soñaba con ser mamá de una nena pero jamás lo logró. Su desesperación la llevó a diseñar un plan macabro que consistió en asesinar a Mara Da Silva, una embarazada de 23 años, para quedarse con su bebé.
El crimen salió a la luz luego de que Rodrigues llegara al hospital Sao Lucas, de João Pinheiro, en Minas Gerais, con la nena en brazos. Le dijo a los médicos que hacía minutos había dado a luz pero no dejó que la revisen e insistía en que se hagan cargo de la niña. El personal del lugar se extrañó al ver que la mujer caminaba normalmente.
La mentira le duró poco ya que horas más tarde la policía encontró el cuerpo de una mujer atado a un árbol con alambres de púa, tenía un corte muy grande en su abdomen y presentaba pruebas de haber estado embarazada, por lo que supusieron que alguien le había sacado al bebé.
El hallazgo y el episodio del hospital se conectaron y la policía terminó interrogando a la mujer que, finalmente, confesó el crimen. Según su testimonio, Rodrigues emborrachó a Da Silva antes de atarla al árbol para sacarle el bebé del vientre. Y aclaró que su marido no había tenido nada que ver en esto, aunque la policía no le cree y también lo detuvo por el hecho.
"Creemos que el esposo y una tercera persona participaron, pero todo esto dependerá de una investigación policial. Las pruebas muestran que Angelina no estaba embarazada y creemos que el crimen fue premeditado", dijeron los oficiales.
Una vez que se conoció la noticia, la tía de la víctima, Euza Ribeiro, habló con el sitio web del G1 de Brasil y contó que su sobrina conocía a Rodrigues, quien meses atrás se había acercado a ella al enterarse de que esperaba una nena: "Siempre soñó con tener una bebé y cuando vio que mi sobrina estaba embarazada, comenzó a ofrecer ayuda. Le prestó su dinero para que le realizaran su ultrasonido y antes de matarla, le dijo que iba a comprar todas las cosas que el bebé necesitaba".
Afortunadamente, la beba se encuentra en buen estado de salud y continúa internada en el hospital Sao Lucas, donde se la está tratando por un corte en la cabeza que, se presume, fue efectuado por Rodrigues cuando cortaba el vientre de Da Silva.