La enfermedad del estrés es una respuesta orgánica disfuncional en la cual el organismo intenta defenderse frente a una amenaza pero nuestras defensas psicológicas no son capaces de acomodarse y el impacto corporal es inevitable. La Asociación Americana de Cardiología determinó que el estrés es un factor de riesgo para padecer infarto agudo de miocardio, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial y diabetes tipo 2.
Cuando estamos estresados todas nuestras funciones corporales trabajan en forma deficiente: el aparato cardiovascular, la respiración, la digestión, la inmunidad, la secreción hormonal. Estar angustiado, nervioso, irritable, preocupado o con ánimo deprimido son indicadores de que algo raro nos está sucediendo. Asimismo, para padecer estrés es necesaria la existencia de una experiencia traumática significativa.
Estar estresado es tener una respuesta de estrés enferma . En las personas que padecen estrés existe, según la publicación de Clarín del Dr. Eduardo Silvestre. Divulgador Científico de Grupo Medihome, una anomalía en la constitución de su psiquismo. Las experiencias traumáticas vividas en la niñez que no fueron resueltas son un importante factor de riesgo para padecer estrés en la vida adulta.
Lo que sucede en los primeros años de la vida (período de máxima plasticidad neuronal) es fundamentales para armar la estructura de nuestro psiquismo y condicionará la forma de actuar frente a las situaciones que evaluemos como peligrosas para nuestra integridad.
Para que un niño pueda construir una respuesta de estrés sana necesita ser deseado, querido, protegido, acompañado, educado y comprendido. Estudios realizados con chicos que sufrieron experiencias traumáticas desde la temprana infancia demuestran que una alta proporción de ellos maduran y crecen en forma deficiente y presenta una Respuesta al Estrés de tipo disfuncional.
Los cambios biológicos que se producen en los niños sometidos a situaciones de estrés crónico, son los responsable directos de los síntomas que presentan como anormalidades en la secreción de Cortisol -hormona que producen las glándulas suprarenales- y de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina).
Síntomas generales en los niños que padecen estrés disfuncional
llanto inconsolable, espasmo del sollozo, mal progreso de peso, irritabilidad, trastornos de alimentación y de sueño.
: Problemas de conducta diversos, trastornos de la alimentación, del sueño, y gastrointestinales.
Intolerancia al ejercicio físico, trastornos de ansiedad y depresión. Trastornos alimenticios, colon irritable, desmayos repetidos, dolor de cabeza y cansancios crónicos.
Por lo tanto, resulta de vital importancia la detección temprana del estrés y un abordaje adecuado para prevenir futuras y serias complicaciones en los niños, ya que el estrés puede afectar a cualquier persona en cualquier período de su vida.