Según declaraciones de Yavad Zarif, ministro de Asuntos Exteriores iraní, por el momento las iniciativas para impedir que Teherán abandone el pacto nuclear han sido insuficientes.
Con este fin, se reunieron en Viena con sus homólogos de Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia para salvar el acuerdo. "Estamos aquí para escuchar soluciones prácticas más que consignas", dijo Zarif, mientras que desde Teherán el presidente iraní, Hasan Rohani, indicó que las propuestas eran inadecuadas.
El pacto fue suscrito en 2015 y en mayo de este año Estados Unidos lo abandonó unilateralmente En ese contexto, Irán dejó en claro que quiere seguir adelante, pero sólo si los cinco países restantes pueden asegurar al país que no afrontará el aislamiento económico por las sanciones que Washington ha enviado.
Estados Unidos se retiró del acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado en el gobierno de Barack Obama, y decidió restablecer sus sanciones a Teherán y a todas las empresas con vínculos con la república islámica.
Les dieron a esas compañías un plazo de 90 a 180 días para retirarse de Irán. El primer tramo, fijado para el 6 de agosto, incluye a la industria automotriz y de aeronáutica civil. El 4 de noviembre seguirán los campos de energía y finanzas. Estados Unidos planea también reducir a "cero" las exportaciones petroleras iraníes y Trump espera el aumento de producción de otros grandes exportadores de petróleo, fundamentalmente Arabia Saudita.
Según un comunicado de la llamada "comisión conjunta" del acuerdo, las potencias "reafirman su pleno y efectivo compromiso con el acuerdo, que es un elemento clave de la arquitectura de no proliferación".
Asimismo, anuncian que siguen comprometidos a buscar vías para mantener los beneficios que Irán espera del acuerdo, incluyendo la protección de empresas de países terceros contra los efectos de las sanciones extraterritoriales de Estados Unidos contra Irán.
El plan conjunto de acción, JCPOA, firmado hace tres años en Viena y cuyo objetivo final es evitar que Irán obtenga bombas nucleares, prevé notables beneficios económicos para la República Islámica que ahora están en jaque debido a las sanciones tanto a Teherán como a las empresas extranjeras que inviertan en el país.
