Ayer miércoles, el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó un decreto para detener la separación de las familias. Este jueves, la primera dama estadounidense, Melania Trump, visitó dos instalaciones en Texas que alojan más de 2.300 niños separados de sus padres después que ingresaron a Estados Unidos sin autorización.
Sin embargo, la orden de entregar los inmigrantes ilegales a la justicia criminal sigue vigente. Trump había estado bajo intensa presión, incluso de parte de republicanos y de la primera dama misma, tras la furia generalizada al revelarse que menores de edad estaban siendo separados de sus padres y confinados.
"El viaje tiene como objetivo dar apoyo a los niños", dijo Stephanie Grisham, la vocera de la primera dama. Agregó: "Ella quería ver por su cuenta cuál era la situación".
Melania y el secretario de Salud y Asistencia, Social Alex Azar, se reunieron con el director ejecutivo de la instalación y con otros miembros del personal, que le dijeron que trataban a los 58 niños alojados allí como si fueran hijos propios. A lo que la primera dama pidió devolver los niños a sus padres "lo más pronto posible".
El viaje se organizó en las últimas 48 horas, reveló Grisham. "La primera dama nos dijo que quería ir y nosotros nos encargamos de organizarlo", explicó la vocera. Afirmó que el mandatario estadounidense está al tanto y la apoya. Al parecer, es Melania quien se centra persuadir al presidente para que revoque su política.
El fin de semana pasado, Grisham emitió un comunicado aseverando que la primera dama "detesta" ver que hay niños que están siendo separados de sus padres y "cree que tenemos que ser un país de leyes, pero también tenemos que ser un país que gobierna con corazón.