Le jour de gloire. Francia, campeón por primera vez en su segundo Mundial como organizador. Ingresó al club selecto de campeones, el séptimo. Los galos se tenían mucha fe y antes de la final el correo imprimió estampillas que decían Francia Campeón del Mundo. En el choque decisivo vencieron claramente 3-0 a un Brasil que perdía por primera vez una final.
Perfume de gol. Se convirtieron 177 goles, el número más alto en los Mundiales, recién igualado en Brasil 2014. Hubo más partido, porque por primera vez compitieron 32 equipos. Por eso el promedio fue de 2,7 por encuentro, lejos de récord de Suiza 1954 con 5,38. El croata Davor Suker se coronó como goleador con siete, en una selección que era debutante y terminó en el podio, tercera.
Legión extranjera. Sólo ocho de los 22 campeones del mundo eran de origen francés puro. En el plantel había jugadores de origen armenio, como Djorkaeff; de Ghana, Desailly; antillano, Henry; senegalés, Vieira; argelino como la gran figura, Zinedine Zidane; de Nueva Caledonia, Karambeu (no cantaba el Himno) y también un argentino: el delantero David Trezeguet.
Las manos de Dios. Argentina-Inglaterra protagonizaron el partido más emotivo del Mundial. Por presente y pasado cercano. Empataron 2-2 y en los penales, Carlos Lechuga Roa se lució atajando dos disparos. En medio de la serie, lo amonestaron por reclamar sobre la ubicación de la pelota.
Jugó pero no jugó. Antes de la final con Francia, el por entonces juvenil y prometedor Ronaldo sufrió un episodio cardiaco por un ataque epiléptico. Tendido en la cama, miraba la carrera Fórmula 1 y se desvaneció. Con 18 pulsaciones por minuto, al momento de la crisis el corazón estuvo sin actividad eléctrica y mecánica. Igual, Carlos Parreira lo puso como titular. Pero pasó inadvertido.
El cuchillo entre los dientes. El vehemente Diego Simeone consiguió ventaja para la Argentina al hacer expulsar a David Beckham, la naciente estrella del fútbol inglés. El Cholo lo provocó tras una falta, y el por entonces inexperto Beckham reaccionó. "Diez leones heróicos y un chico estúpido", tituló al día siguiente el diario británico The Sun. Ese partido, récord en Internet con 70 millones que lo siguieron en la web.
El quinto elemento. Fue el quinto Mundial para Lothar Matthaus, quien se inició como suplente en 1982 y se consagró campeón en 1990, como capitán. Con cinco Copas y 25 partidos, alcanzó la plus marca del arquero mexicano, Antonio Carbajal. "Fue el mejor rival que me tocó enfrentar", lo halagó Maradona en su libro, Yo soy el Diego
El Batigol. Con sus tres goles frente a la debutante Jamaica, en el 5-0, Gabriel Omar Batistuta se transformó en el único jugador en convertir hat-trick en dos Copas Del Mundo. El delantero lo había hecho en el 4-0 a Grecia, en el debut del Mundial 1994. En 2016, Lionel Messi anotó su gol 55 con la Celeste y Blanca y le arrebató el título de máximo goleador de la Selección.
El Kaiser que no fue. Daniel Passarella, campeón del Mundo con Argentina en 1978 como capitán, quiso repetir el título como técnico. Proeza que había logrado, por ejemplo, el Kaiser Franz Beckenbauer. El camino parecía allanado porque le tocó la fase de grupo contra tres debutantes: Jamaica, Japón y Croacia. En Octavos, dejó afuera a Inglaterra, pero en Cuartos, eliminado en el 2-1 ante Holanda.
Gol en cualquier idioma. El volante ofensivo Robert Prosinecki jugó para Yugoslavia en 1990, y convirtió. Y en 1998 para Croacia, y también convirtió. Unico futbolista en el mundo autor de goles para dos selecciones distintas. Además, nació en Alemania, hijo de padre croata y madre de origen serbio.
Nunca es tarde. La Selección de Austria tuvo una particularidad en ese Mundial: sus tres goles los anotaron en tiempo adicionado: en el empate en uno con el Chile de Sa-Za (Salas y Zamorano), en el 1-1 contra Camerun, obra de su figura, Anton Polster, y en la derrota frente a los italianos por 2-1. Quedó fielmente documentado porque en ese Mundial comenzó a utilizarse el cartel electrónico para mostrar los minutos adicionados.
Rápido y furioso. El danés Ebbe Sand ingresó para Dinamarca y a los 16 segundos convirtió. El más rápido viniendo desde el banco. El italiano Giuseppe Bérgomi entró a los 4 minutos, por Nesta en Italia-Austria, el cambio más veloz. El camerunés Rigobert Song fue expulsado en dos Mundiales: 1994 y '98. Récord negativo en un Mundial que registró la mayor cantidad de expulsados en Copa del Mundo: 22.
El Gol de Oro a Chila. Francia derrotó a Paraguay en octavos de final a los 113 minutos del suplementario, en lo que fue el primer gol de oro en los Mundiales. Lo sufrió José Luis Chilavert, hasta allí figura del partido. El autor fue el capitán Laurent Blanc, quien tenía por cábala besar la calva cabeza del arquero Barthez. Como lo expulsaron y no jugó la final, el mismo ritual lo siguió el zaguero Leboeuf.