Lejos de los flashes y el lujo del fútbol que se suele ver, hay sacrificios en este deporte. Seguramente, lo primero que se viene a la cabeza son los jugadores del ascenso o de las ligas menores, que tiene que romperla para aspirar con la Primera. Pero hay una barrera más alta que cualquiera referente al juego y es la cultural. En esta lucha, se encuentra el fútbol femenino en la Argentina.
Sin embargo, sería de necio no reconocer que hubo enormes avances al respecto, aunque falta muchísimo. Camila Gómez Ares (23), jugadora de Boca y de la Selección, habló con Vía País y se refirió a la realidad que les toca vivir a la mayoría de las que practican este deporte.
"Hay que trabajar y estudiar, no podés vivir del fútbol femenino porque es amateur. Tiene más difusión en este último tiempo por la repercusión que tuvo la Selección. De hecho, hay un suplemento y de a poco los medios lo están apoyando más. Lamentablemente, nos dan notoriedad por los logros. Argentina va a tener que ganar algo para tener mas difusión, como paso con Las Leonas o Los Pumas; no debería ser así porque en el país el fútbol es muy importante", explicó Camila, que se recibió de periodista deportiva en Deportea en 2017.
Además, hizo alusión a la cuestión económica y a las dificultades de tomar al fútbol como un trabajo. "Las futbolistas sólo recibimos viáticos; en Boca no tenemos sueldo. Pensá que jugamos y entrenamos cuatro veces por semana, apenas nos alcanza para cubrir eso".
Y fue más allá: "Apenas asumió (Claudio) Tapia, hicieron una presentación del torneo femenino, y se comprometió a darle importancia y estar pendiente. En noviembre, hubo un paro porque no pagaban los viáticos, pero se juntaron a hablar con Tapia y arreglaron lo de la plata. Además, las chicas pedían un vestuario acorde; en la Selección usábamos el de futsal que son cinco, nosotras llegamos a ser 30 jugadoras y teníamos cinco duchas. Otra cosa es que en el predio hay muchas canchas de césped natural y sólo nos prestaban las de sintético".
Gómez Ares también habló sobre su historia personal y los prejuicios que habían en torno a la idea de que una chica juegue al fútbol: "Arranqué jugando de chiquita con varones y con mi hermano, es que no tenía con quien jugar y me ponían a mí. Mis viejos me llevaron a hacer gimnasia pero siempre me iba a jugar al fútbol. No me sentí rara jugando con varones, al prinicipio decían 'uy es una nena, le voy a ir más despacio', pero después es costumbre. Me acuerdo que la liga en la jugaba cambió el reglamento y no me dejaron jugar más en los torneos de baby con mis compañeros, fue de las cosas que más sentí en mi carrera".
Y agregó: "Hoy es normal que una chica juegue. Hay gente que me apoyó, pero estamos en un país muy machista".
¿Objetivos? "Apunto a corto plazo a irme a jugar al exterior, se volvió más común en Argentina y estamos a la par de muchas jugadoras. Me gustaría ir a España, la liga es buena, ya sea de primera o segunda, y podés vivir de eso. Estados Unidos también es una opción, las jugadoras son conocidas; eso es por la importancia que le dan al fútbol desde las escuelas y universidades", relató la chica de Vicente López.
Gómez Ares, quien se recupera de una rotura de ligamentos, empezó de forma profesional a los 13 años en River. Luego, pasó a UAI Urquiza y, desde hace cuatro años, está jugando en Boca (campeona de la Supercopa de 2015). Además, estuvo en todas las instancias de la Selección. Pero no se queda sólo con eso, ya que lanzará su escuela de fútbol femenino. ¡Una luchadora!