El territorio británico de ultramar de las Bermudas se convirtió en la primera región del mundo en rectificar y anular el matrimonio igualitario luego de que el gobernador John Rankin firmara una ley que sustituye el matrimonio igualitario por una unión entre personas del mismo sexo.
"Con la nueva ley queremos establecer un equilibrio justo entre dos grupos irreconciliables en Bermudas. Constatamos que solo pueden contraer matrimonio un hombre y una mujer, pero al mismo tiempo protegemos los derechos de las parejas del mismo sexo", dijo el ministro del Interior de Bermudas, Walton Brown.
La cuestión siempre fue motivo de controversia en esta región conservadora. En un referéndum celebrado en junio de 2016, más de dos tercios de los participantes se opusieron al matrimonio igualitario. Sin embargo, no participó ni la mitad de los electores.
En el futuro, los cónyuges de parejas del mismo sexo podrán heredar en caso del fallecimiento del otro cónyuge, tendrán derecho a exigir una renta y podrán tomar decisiones médicas por sus parejas. Los matrimonios igualitarios ya celebrados seguirán siendo válidos.
La oposición británica criticó duramente al ministro de Exteriores Boris Johnson, por permitir que se anulara el matrimonio igualitario, algo que el diputado laborista David Lammy calificó de vergonzoso.
La secretaria de Estado Harriet Baldwin dijo en nombre de Johnson que el Gobierno conservador estaba "profundamente decepcionado" por la decisión de Bermudas y que el ministro "reflexionó sobre las consecuencias muy detenidamente". Asimismo, sostuvo que el Gobierno tuvo que equilibrar los derechos humanos con "los derechos de autodeterminación basados en el Gobierno elegido democráticamente".
La organización Human Rights Campaign (HRC) criticó la nueva ley: "La decisión arrebata el derecho a casarse a parejas del mismo sexo que se quieren y pone en juego la reputación internacional de Bermudas".