Tras varios días del accidente, Ariel Salazar, el piloto del parapente del cual cayó y murió la médica tucumana Natalia Vargas, dio su versión sobre lo sucedido y admitió que fue su error no haber chequeado previamente que la joven estuviera enganchada al artefacto.
Salazar admitió que "pudo haber un error humano, una distracción", y reconoció que "fue una fatalidad" y por ello "estoy a disposición de la Justicia".
"Estábamos volando y en un momento ella se da cuenta de que no estaba enganchada y comenzó a desesperarse. Yo intenté tranquilizarla, porque pensaba que estaba mal sentada. Cuando traté de ayudarla me di cuenta de que no estaba enganchada... Atiné a agarrarla lo que más pude, pero cayó", aseguró el piloto en una entrevista con La Gaceta de Tucumán.
"Lo que quiero aclarar es que esto no sucedió porque ella haya tenido un ataque de pánico, sino que ella tuvo mucho miedo y se desesperó cuando vio que no estaba enganchada", agregó el instructor.
En cuanto a su futuro en la actividad dijo que no está en condiciones de pensarlo y agregó que las imágenes que tiene en su cabeza "son espantosas".
