Los depósitos en dólares del sector privado siguen cayendo en un goteo diario que viene agrandándose, en un contexto de crisis cambiaria, volatilidad en los precios, desconfianza en algunas medidas del Gobierno e incertidumbre por lo que viene.
Si se mira la película, hay números preocupantes. Desde el récord histórico de depósitos registrado el 9 de agosto de 2019, de unos 32.492 millones de dólares, hubo una caída del 54,5%, a 14.784 millones. Hay que remontarse a octubre de 2016 para hallar un dato más bajo.
Es decir, hoy hay menos de la mitad de los dólares que había en cajas de ahorro y cuentas corrientes en los bancos hace poco más de un año. En ese lapso, pasaron diversos hechos que fueron impulsando a los ahorristas a tomar decisiones.
En principio, el kirchnerismo ganó las elecciones primarias y luego las generales. Ahí ocurrieron dos cosas en simultáneo: la primera, llegó al poder un movimiento político enemistado con las reglas promercado y que no abona las tasas reales positivas en pesos.
La segunda, se fue del poder el macrismo, cuyo Gobierno impulsó la inversión financiera y atrajo capitales especulativos que depositaron dólares, compraron instrumentos en pesos para aprovechar tasas superiores a la inflación, volvieron a dolarizar y se fueron.
En el Gobierno creen que de esos capitales aún quedan unos 5.000 millones de dólares atrapados por el cepo. E indican, por lo bajo, que son esos los que estuvieron operando el contado con liquidación y el MEP para irse, lo que llevó los precios al alza y estiró la brecha cambiaria.
También cayó la pandemia de Covid-19. La emisión monetaria para financiarla se disparó. El déficit fiscal se multiplicó. Hubo una reestructuración de más de 100.000 millones de dólares de deuda. Se profundizó la recesión. Y el Gobierno dio señales negativas como el caso Vicentin. Luego se ajustó el cepo.
Solo en octubre, los depósitos en dólares del sector privado cayeron 1.365 millones de dólares. A un ritmo de 75,8 millones por jornada bancaria. El promedio diario había sido de 46 millones en septiembre; y de 8,1 millones en agosto.
“La gente va y saca pequeños montos, pero son muchos los que lo hacen. Esto es por la poca confianza que hay sobre las medidas que se están implementando”, dijo a Vía País el especialista en finanzas personales y director de Bull Market Group, Ramiro Marra.
Victoria Giarrizzo, economista e investigadora Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP), dijo que los depósitos caen por la incertidumbre: "La gente tiene miedo que el Banco Central se quede sin dólares y el Gobierno agarre los depósitos".
Ahí hay dos pensamientos, indicó Giarrizzo: la gente que cree que puede haber un corralito y, por otro lado, el público más especializado que cree que el Central puede agarrar los depósitos para frenar las corridas.
"Pero es importante saber que el 90% de los depósitos están respaldados. Es casi imposible que la gente vaya a retirar sus dólares y no los encuentre. Obviamente, si el Central decidiera frenar una corrida con los depósitos sería terrible y hasta ilegal. No creo que eso vaya a pasar", dijo.
Para ella, esa alternativa "no está en la cartera de posibilidades del Gobierno", lo cual debería ser aclarado por la gestión de Alberto Fernández. "Deberían aclarar que los depósitos están respaldados, que los dólares de los ahorristas están en los bancos, que hay liquidez", agregó.
Marra entiende que más allá de la volatilidad actual también “hay incertidumbre sobre la recuperación de la economía”. Y sobre cuál será la profundidad que terminará teniendo esta recesión y si se sostendrá la liquidez del sistema financiero en moneda dura.
Señaló, en ese sentido, que el sector financiero al menos hasta ahora "está muy sólido" en cuanto a sus índices de liquidez de divisas para responder a esta demanda. Pero consideró que el Gobierno debería intentar restablecer la confianza para revertir la tendencia.
En los doce años que había gobernador el kirchnerismo, el máximo de dólares depositados en los bancos se registró el 27 de octubre de 2011, con 14.836 millones. Cuando Cristina Kirchner dejó el poder en diciembre de 2015, quedaban 8.924 millones de dólares.
El mínimo histórico fue el 31 de diciembre de 2002: en los bancos los argentinos tenían sólo 624 millones de dólares. Hasta el 2 de ese mismo mes los depósitos de los argentinos habían estado atrapados por el corralito y el corralón. Se salió, pero con controles cambiarios.