Las playas y parques de casi todo Brasil volvieron a llenarse este lunes, una jornada festiva por el Día de la Independencia de un país que es uno de los más afectados por la pandemia de coronavirus, pero que aun así se ha volcado a la calle.
Pese a las casi 127.000 muertes y los 4,1 millones de contagios registrados hasta ahora en el país, el festivo llevó a miles de personas a las playas, sobre todo en Río de Janeiro, el litoral de Sao Paulo y muchas ciudades del noreste.
Las autoridades habían alertado a la población sobre la necesidad de mantener ciertas medidas de aislamiento social durante el festivo para contener a la pandemia, que poco a poco comienza a ceder en el país, pero esos mensajes cayeron en sacos rotos, al menos en playas, parques y otros sitios turísticos.
Más allá de las arenas de Copacabana e Ipanema, en Río de Janeiro y también en Sao Paulo fueron celebradas grandes fiestas populares y bailes en algunos barrios, a pesar de que ese tipo de reuniones aún no han sido incluidas en las medidas de desescalada.
Escenas similares se registraron en playas fluviales de Manaos, en el corazón de la Amazonía y que, hace tres meses, llegó a entrar en colapso sanitario y hasta funerario por la epidemia, que si bien ha remitido en esa región, aún no ha sido totalmente superada.
Igual ocurrió en Brasilia, donde las playas del lago Paranoá, uno de los principales puntos turísticos de la ciudad, se abarrotaron de gente durante un día festivo soleado y caluroso, como en casi todo el país.