El Gobierno alista una reforma tributaria con modificaciones en impuestos sensibles para la recaudación y la actividad económica, como Ganancias, IVA, monotributo y bienes personales, que pretende el Congreso trate antes de fin de año.
Ayer trascendió que se subiría la alícuota de Ganancias del 35% al 41%. En el ministerio de Economía, en la AFIP y en Casa Rosada rechazaron esto ante la consulta de Vía País. "No hay margen social para eso", dijo un influyente funcionario. Y otro integrante del Gabinete precisó: "No se modificará la escala de la cuarta categoría de Ganancias".
Se plantean algunas innovaciones. Por ejemplo, reducción de contribuciones patronales de nuevos empleados con alícuotas a la baja por cantidad de personal incorporado. Y reducción de alícuotas de exportaciones según parámetros de valor agregado e inversiones productivas.
La impronta que se busca, dice el Gobierno, es la de la progresividad: que paguen más los que más tienen. Eso, dicen, permitirá hacer los cambios sin una pérdida adicional de ingresos a la que genera la recesión.
Se apunta a ampliar la base imponible. Se pretende una mayor presión sobre la renta y el patrimonio, para disminuir el impacto en los tributos sobre el consumo. Hoy, el IVA representa el 10% del PBI y Bienes Personales el 0,6%, ejemplifican en la Casa Rosada. Quieren balancearlo.
Así, entienden en la gestión de Alberto Fernández, se irá corrigiendo la "inequidad fiscal", se le quitará presión tributaria a la inflación y se irá reduciendo la brecha de la desigualdad, por el enfoque redistributivo.
Quienes trabajan en esto son Roberto Arias, secretario de Política Tributaria; Claudia Balestrini, subsecretaria de Ingresos Públicos; y Mercedes Marcó del Pont, titular de la AFIP. En tándem con Martín Guzmán, ministro de Economía.
Grandes desafíos
Marcó del Pont anticipó que no se piensa en "bajar impuestos" en forma transversal sino gravar a los de mayor capacidad contributiva. El "impuesto a los ricos" que impulsan Máximo Kirchner y Carlos Heller va por separado porque la reforma trae mayor presión por Bienes Personales.
Gabriela Russo, presidenta del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) porteño, opinó en diálogo con Vía País que uno de los "grandes desafíos" es darle "progresividad" al sistema tributario, modernizarlo y simplificarlo.
Russo es una de las voces externas que escucha el Gobierno. “La idea es ir a una reforma integral pero por la coyuntura que obliga a atender situaciones de urgencia, puede que vayan saliendo algunas decisiones oficiales sueltas por anticipado”, opinó.
Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, viene pidiendo apurar cambios y en los próximos días podrían conocerse algunas medidas. Por ejemplo, modificaciones en retenciones para economías regionales según metas de actividad. No se tocarán las alícuotas para la soja, el maíz ni el trigo.
También se estudian cambios en los esquemas de pago de compensaciones. La idea oficial es establecer plazos más cortos dándole mayor agilidad a la burocracia, simplificando registros y presentaciones.
Impuestos clave
El CPCE presentó una iniciativa sobre Ganancias. "Propusimos llevar la escala a una más equitativa. Porque este impuesto pasó de ser progresivo a ser proporcional dado que la mayoría paga el 35%. Quedó muy desactualizado", constó Russo a Vía País. Y advirtió que no hay margen para subir las alícuotas a las personas humanas y a las empresas al 41%. "La presión tributaria es excesiva. Esperemos que no. La clase media que está muy castigada. Esto suma incertidumbre y preocupación", dijo.
El Consejo propuso readecuar el ajuste por inflación impositivo y las normas de actualización previstas por la ley sin diferenciar la fecha de adquisición o incorporación al patrimonio. El Gobierno lo está estudiando como señal para la reinversión.
Por otro lado, hoy existe el régimen simplificado (de pequeños contribuyentes) y régimen general, en el que están los que pagan IVA, Ganancias, Bienes Personales. La reforma crearía un régimen intermedio.
Como la frontera entre ambos regímenes es fina, muchas pymes caen en el general quedando enredadas en una maraña impositiva insostenible. Y esto termina siendo un incentivo a la evasión fiscal, un freno al empleo y un empujón a la quiebra.
Se analiza la devolución parcial del IVA a las compras de monotributistas para incentivar la facturación y para las compras que las personas humanas hagan con débito y crédito, para incrementar la formalidad. Y se estudia aplicar perspectiva de género, con incentivos fiscales para la contratación de mujeres en empresas. Habría deducciones especiales para Ganancias en caso de familias monoparentales, que en su mayoría son lideradas por mujeres.
