El economista Luis Secco aseguró aseguró que más allá de los avances que ha logrado el Gobierno en materia de negociación de la deuda, hoy sigue siendo una "gran incógnita" si el país podrá recuperar el crédito externo, porque esa es una palanca necesaria para la recuperación en la pospandemia.
Según Secco, Argentina y el resto de los países del mundo están navegando aguas desconocidas dado que no se sabe la duración de la crisis sanitaria y la profundidad de las consecuencias económicas.
En Argentina se adoptaron medidas sanitarias muy similares a las de otras partes del mundo pero, según Secco, el impacto económico es más violento debido a la crisis previa que el país ya arrastraba.
¿Argentina estaba en condiciones de tomar las medidas económicas? ¿Hasta donde sirven para compensar las consecuencias de la cuarentena? ¿Y hasta dónde esas mismas medidas van a servir de estímulo para una recuperación a posteriori?
Esas preguntas se hizo Secco al participar del XXIII Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), que este año por la pandemia se hizo en forma completamente virtual.
El economista explicó que el actual es un "shock", pero señaló que la Argentina viene arrastrando "dos crisis en paralelo": una estructural y otra financiera que estalló a principios de 2018.
La primera está dada por el estancamiento del PBI, que a fin del trimestre de este año era el mismo que había en el segundo trimestre de 2010. La tasa de inflación es de dos dígitos desde 2006. Y la pobreza ha permanecido estable en torno al 30% de la población, con altibajos, desde 2011.
Esa crisis de larga duración prepandemia convivió en los últimos dos años con otra que se desató en el primer trimestre de 2018 y presenta la manifestaciones más de corto plazo, que tienen que ver con la depreciación del peso frente al dólar de más del 250%.
Y también la fuga de capitales: hoy las reservas líquidas de la Argentina son de un cuarto de lo que eran en aquel momento cuando en abril de 2018 se inició una crisis de financiamiento porque el mundo dejó de prestarle dinero a la administración de Mauricio Macri.
Entonces, señaló el economista, hay una serie de manifestaciones que tienen que ver con la falta de crédito, la desconfianza en la moneda, la perdida de reservas y las restricciones de divisas, que hacen una crisis “más profunda” que en el resto de América Latina.
Según el economista, el gobierno de Alberto Fernández “no logró revertir las expectativas” negativas que había dejado Macri, dado que incluso antes de la pandemia la economía no lograba salir de la desconfianza.
Ahora, la desconfianza tienen que ver con la falta de respuestas oficiales a preguntas: ¿En base a qué va a crecer la Argentina? ¿Cómo salimos? ¿A qué velocidad podemos salir? ¿Hasta dónde las políticas actuales no se convertirán en un obstáculo?
En ese sentido, indicó la preocupación que tiene el sector empresario por proyectos de leyes que impulsa el oficialista Frente de Todos, como la del Teletrabajo que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados.
Lo que preocupa hacia adelante
Más allá de todas esas preocupaciones, dijo Secco, hay un tema central: la crisis fiscal. El Estado está poniendo mucho dinero a disposición para compensar parte de la caída de actividad, "pero esto agrava la situación previa de la Argentina".
“Estamos todavía en default. Algún avance se hizo en la materia con la nueva propuesta que hizo el Gobierno pero sigue siendo una gran incógnita si Argentina va a tener crédito o no luego de este episodio de renegociación de la deuda”, dijo Secco.
Indicó también que el Gobierno ha venido recurrentemente dando respuesta a los problemas económicos de la Argentina incrementando el rol del Estado, ya sea a través del gasto público o por mayores regulaciones.
"¿Después de la pandemia vamos a ver otras políticas? Por ahora la respuesta es la misma: no", lamentó Secco y aseguró que la política debería cambiar la lógica y después de la pandemia "dejar al sector privado que genere valor y riqueza en la Argentina".
“Esto debería ser acompañado por el sector público no con más regulaciones y un paternalismo extremo sino a través de crear condiciones que hacen a la vigencia del Estado de derecho y sobre todo de la libertad en materia de mercados y generación de riqueza”, afirmó.