El presidente Alberto Fernández aseguró este lunes que es consciente del "dolor" que genera la pandemia en la economía y pidió a los argentinos "no bajar los brazos" porque el aislamiento social es, al menos por ahora, la única forma para seguir conteniendo el contagio.
Al inaugurar un hospital de emergencia construido por la Fundación Pérez Companc y el Hospital Austral en ocho semanas en el partido bonaerense de Pilar, Fernández le agradeció al sector privado por colaborar en medio de la situación.
"Esto muestra que hay una Argentina que puede ser mejor, en la que todos rememos para el mismo lado, sin diferencias. Dios no nos perdonaría que tengamos diferencias ante una emergencia como esta, donde la única preocupación que tenemos es la de salvar vidas", dijo.
El jefe de Estado aseguró que "la pandemia genera todo el dolor que una pandemia trae" y señaló desde el malestar que provoca el aislamiento social, preventivo y obligatorio en las personas hasta "el malestar económico".
Según dijo, ese malestar económico "afecta a todos por igual" e insistió que esas consecuencias "no son resultado de la cuarentena sino de la pandemia, que es lo que a algunos les cuesta entender".
Fernández contó que en el lugar conoció a una mujer llamada Marisa, trabajadora del sector de la salud, quien se contagió de Covid-19 y a quien le encontraron restos de coronavirus en el cuerpo hasta 60 días después el primer diagnóstico.
"¿Por qué vengo a hablar de eso? Porque debe ser un caso de análisis, dado que nadie sabe cuánto dura el virus en el cuerpo de uno y qué capacidad de contagio real tiene. Marisa tuvo que soportar doce testeos en sesenta días", dijo Fernández.
Eso da cuenta que lo que se creía, que el virus dura solo 14 días en el cuerpo, no es así, según el Presidente. "Y esto explica por qué hay muchos lugares del mundo en los que hay como reincidencia en la enfermedad y contagian los que ya contagiaron", agregó Fernández.
El jefe de Estado visitó la localidad bonaerense de Pilar para inaugurar un "hospital solidario" que se montó en el predio el Hospital Austral. Este nosocomio de emergencia está destinado a pacientes sin cobertura médica, contará con 60 camas, 40 para observación y 20 para terapia intensiva e intermedia.
"Yo hablo con cierta frecuencia con el Papa (Francisco) y la verdad es que él tiene una idea que yo he tomado como propia porque es muy cierta: en este mundo y en este tiempo nadie se salva solo, todos necesitamos del otro para estar mejor", dijo Fernández.
Además, se mostró emocionado por la historia de un albañil llamado Arnaldo que trabajaba de lunes a sábado en la construcción del hospital y los domingos se quedaba en el barrio carenciado en el que vive para cocinar una olla popular, con la ayuda económica de un empresario llamado Alejandro.
“Acá lo que pude ver es que los que más necesitan como Arnaldo y los que más tienen como los empresarios que hicieron esto posible con sus aportes pueden unirse junto al Estado para hacer una sociedad más justa”, dijo.