Islandia tiene una de las estrategias más exitosas para enfrentar el coronavirus: testear a toda la población. El país siguió la recomendación de la Organización Mundial de la Salud ("pruebas, pruebas y más pruebas"). Y, gracias a eso, cuenta con 1.782 casos, 1.608 recuperados y solo diez muertes.
Allí no rige la cuarentena obligatoria y muchos negocios permanecen abiertos. De todas formas, se recomienda el distanciamiento social y quedaron prohibidos los actos masivos, así como las reuniones de más de veinte concurrentes. Por eso, muchas personas se sienten solas.
Frente a esto, el Servicio Forestal Islandés (IFS) lanzó una inusual campaña: abrazar un árbol para sentirse acompañado. La iniciativa fue impulsada por su director Throstur Eysteinsson, quien explicó que detrás hay un mensaje simbólico: "Oye, ven al bosque".
En la página oficial y las redes del organismo, proliferan simpáticas fotos de sus trabajadores dando y recibiendo cariño de los árboles. Muchos habitantes se sumaron a la iniciativa y comparten sus propias imágenes.
Pese a que Islandia es un paraíso de auroras boreales, cascadas y glaciares, tiene peligro de desertización por la tala ocurrida hace miles de años por los vikingos.
De hecho, solo un 0,5% del territorio está ocupada por árboles grandes. Según un informe publicado de 2015 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, repoblar los bosques debe ser una prioridad gubernamental.