Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, los dos rugbiers que fueron liberados hace diez días pero continúan vinculados a la causa por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, se negaron a declarar esta tarde ante la fiscal del caso, Verónica Zamboni, tras lo cual se retiraron de la sede judicial junto a su abogado Hugo Tomei.
Si bien el 10 de febrero último ambos rugbiers fueron beneficiados con el cese de la prisión preventiva y por eso quedaron libres, siguen siendo imputados.
Ayer, Zamboni amplió las indagatorias de los otros ocho rugbiers que están detenidos en el penal de Dolores acusados de los mismos delitos aunque en calidad de coautores.
Los ocho cuestionaron a la fiscal del caso, a quien acusaron de haberles mentido porque no les dejó leer los cargos en su contra y dijeron que están condenados por los medios y por la sociedad.
También denunciaron que están siendo amenazados por otros presos en la cárcel, que les dicen que los quieren violar.
Si bien ninguno de ellos declaró formalmente sobre lo ocurrido la madrugada del 18 de enero pasado frente al boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell, y se negaron a responder preguntas, los ocho hablaron por primera vez en el marco de la causa en su indagatoria ante la fiscal Zamboni y el juez de Garantías David Mancinelli.
Tras ese planteo, el letrado solicitó que estuviera presente el juez Mancinelli, lo que generó una demora en el inicio de la ronda de declaraciones por más de cuatro horas.
El primero en declarar fue Máximo Thomsen (20) y luego lo hicieron Ciro Pertossi (19), Blas Cinalli (18), Enzo Comelli (19), Ayrton Viollaz (20), Luciano Pertossi (18), Matías Benicelli (20) y Lucas Pertossi (20).
Tras las indagatorias, los ocho rugbiers fueron trasladados nuevamente a la Alcaidía de la Unidad Penitenciaria 6 de Dolores.