Los diez rugbiers imputados por el homicidio de Fernando Báez Sosa pasaron su primera noche en la cárcel de Dolores, donde se alojan todos en una misma celda, sin contacto con otros presos. Los chicos están "con temor", según contó una fuente.
"Ese temor, que es comprensible, no está vinculado a una circunstancia en particular", dijo la misma persona a Clarín. Y también adelantó que los rugbiers, que seguirán en la alcaldía de Dolores hasta que se les dicte la prisión preventiva, "no tienen ni tendrán ningún tipo de privilegio".
De hecho, serán escoltados por guardias en caso de que tengan que salir de la celda por algún motivo. Este jueves serán visitados por sus padres por primera vez, en un horario de visita especial.
Hugo Tomei, abogado de los imputados, adelantó que "si se toman las medidas necesarias y el Estado las tiene", los diez imputados tendrían que seguir el proceso judicial en libertad. Pero esto quedó cerca de descartarse, ya que enfrentan una posible cadena perpetua.
Además, según confió una fuente a Clarín, los allegados de los chicos temen algún tipo de "venganza" por el "contexto de ánimos exacerbados, cuando hay un juicio social sobre ellos".
Si alguno de los detenidos recibiera en los próximos días un dictado de prisión preventiva, sería trasladado a la Unidad Penal de Dolores, es decir una cárcel común.
Los diez imputados, Luciano Pertossi (18), Ayrton Viollaz (20), Matías Benicelli (20), Alejo Milanesi (20), Blas Cinalli (18) y Juan Pedro Guarino (19), Máximo Thomsen (20), Enzo Comelli (19), Ciro Pertossi (19) y Lucas Pertossi (20), llegaron a Dolores el miércoles a la madrugada y pasaron por una revisación médica y una requisa.
De ellos, Ciro Pertossi y Máximo Thomsen están imputados como coautores del homicidio, y los demás como partícipes necesarios.