El gobierno nacional se pronunció este lunes respecto a la acusación por violación contra el senador peronista José Alperovich y advirtió que "si estos hechos sucedieron como han sido denunciados, merecen el más profundo repudio que se puede generar".
"Es un hecho muy muy grave o que genera mucha preocupación, esperamos que la Justicia actúe rápidamente y obviamente se brindará todo el apoyo", manifestó el ministro de Justicia y de Derechos Humanos, Germán Garavano.
El funcionario nacional fue el primer representante del Poder Ejecutivo en referirse públicamente al escándalo político que se desató a partir de la denuncia que el tres veces gobernador de Tucumán recibió por parte de su sobrina segunda.
Garavano apeló a que se pongan en práctica todas las herramientas disponibles, entre las que mencionó, los "protocolos que existen en el Congreso para actuar ante "casos de violencia de género y abuso sexual". Dicho mecanismo, que contempla asistencias para las víctimas, fue impulsado el sábado pasado por el titular del Senador, Federico Pinedo.
"Me parece que es importante proteger a la víctima, dejar que la Justicia avance y respetar el derecho de inocencia. Pero más allá de eso creo que la víctima debe ser protegida y acompañada. Si estos hechos sucedieron como han sido denunciados, merecen el más profundo repudio que se puede generar", remarcó el titular de la cartera de Justicia en declaraciones a la prensa que realizó desde la Casa Rosada.
El pasado jueves, a través de una carta pública, la joven de 29 años que prefirió mantener en reserva su identidad, contó los abusos que sufrió de parte de Alperovich. "No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe", escribió.
En ese sentido, agregó: "El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él".
"No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí".
En el marco de la causa judicial, la joven también pidió que se impida al senador nacional salir del país.
Por corresponsalía Buenos Aires.